Ante los últimos hechos de sangre en ferias navideñas de la capital, el Gobierno anunció con bombos y platillos como solución parche el reforzamiento de la seguridad con efectivos de la Policía de Investigaciones.
El anuncio llamó de inmediato la atención al interior de la policía civil, donde algunas voces indican que la con medida se trata de “desvestir un santo para vestir otro”, porque en el fondo se está “cargando la mano” a la institución con funciones para las cuales no está concebida.
En efecto, la PDI tiene entre sus atribuciones la investigación y no la prevención, y para ello cuenta con una dotación en torno a los 8 mil efectivos. Carabineros, en cambio, tiene una plantilla superior a los 60 mil funcionarios y aun así “hay una falta de presencia policial en la calle”, según admitió el director de la PDI, Héctor Espinosa.
El jefe policial ocupó un verbo bien particular para referirse a estas nuevas tareas encomendadas a su institución: desdoblarse, vale decir, “ocupar si es necesario la posición correspondiente a otro”, según el diccionario. O de Carabineros, en este caso.
“Aun cuando nuestro rol fundamental es la investigación criminal, vamos a desdoblarnos para estas fiestas salir y estar donde la sociedad necesita que estemos (…). Hay una falta de presencia policial en la calle, y por eso hay alcaldes y autoridades que nos han pedido que nos desdoblemos, con la poca gente que tenemos, para tener unas fiestas más tranquilas”, sostuvo el jefe nacional de la PDI.
Pero nada es gratis y Espinosa informó que tendrá que entregar días libres a los funcionarios que pasen las fiestas trabajando. “He decidido dentro de mis facultades otorgar tres días libres para aquellos oficiales investigadores que van a estar trabajando en estas fiestas como compensación”, informó.
