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Rodrigo Cerda: “Hay que desapasionar la discusión tributaria en el país”

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Un cierre de semana bastante más tranquilo que el anterior tuvo este viernes el ministro de Hacienda Rodrigo Cerda. Todavía con el recuerdo fresco del gran tropiezo que sufrió el gobierno en el Tribunal Constitucional (TC) con el tercer retiro de los fondos previsionales, prefiere quedarse con el vaso medio lleno y pone de realce el mejor clima de diálogo que existe hoy con la oposición. Precisamente en ese tema, delinea aquí los contornos de hasta dónde está dispuesto a ir el Ejecutivo para lograr un acuerdo en la negociación de mínimos comunes que lidera en su contraparte la presidenta del Senado, Yasna Provoste.

¿Cómo quedó su ánimo tras la dura derrota del gobierno la semana pasada en el TC por el tercer retiro?

-Valoro varias cosas de ese proceso, como el trabajo con Chile Vamos para presentar un proyecto propio que si bien al final no se discutió, permitió ir generando lazos de unidad en nuestra coalición. Segundo, ocurrió lo del TC y el gobierno se atuvo a la institucionalidad y la ley se promulgó rápidamente, respetando las reglas del juego. Y tercero, surgió esta posibilidad del acuerdo de mínimos comunes con la oposición a través de la mesa del Senado. Entonces, veo un cambio de clima muy importante en los últimos 10 días, donde se han abierto canales de diálogo, lo que puede ayudar a darle tranquilidad y certeza a los chilenos. De hecho, esta semana el proyecto del bono de $200 mil se aprobó con casi la unanimidad del Senado.

Veo que prefiere ver el vaso medio lleno, ¿pero qué pasa con el vaso medio vacío: hubo un tercer retiro con su consecuente efecto en pensiones, el gobierno estuvo de nuevo contra las cuerdas y en el proyecto de $ 200 mil que usted destaca, perdieron el reintegro de fondos que habían propuesto?

-Lo que ocurrió fue inesperado para nosotros, pero frente a eso uno tiene que levantar la mirada y en ese sentido me quedo con el actual proceso, que nos ha permitido mejorar bastante el clima de discusión política que traíamos. Hay un cambio de tono importante y ojalá esto nos lleve a un acuerdo con la oposición, donde lo que estamos haciendo es poner ciertos mínimos para que nos entendamos, para que trabajemos en base a ellos.

¿Quedó quebrado el comité político después de este episodio? ¿Le falta tonelaje y experiencia como dicen sus críticos?

-Yo no veo un quiebre en el comité político para nada. Yo sigo trabajando con cada uno de ellos en lo que corresponde, sobre todo con el ministro Ossa en el tema de los mínimos comunes y con la ministra Rubilar en los temas de ayudas. Respecto a nuestra evaluación como equipo, creo que hay que hacerla considerando el actual contexto, que ha sido muy, pero muy complejo en todos los ámbitos: sanitario, económico, social y político. Estamos todos haciendo la pega que debemos hacer y eso es lo que importa. Además, el que evalúa todas estas cosas es el Presidente de la República.

Usted ha sido alabado por algunas de sus contrapartes como el mejor negociador del gobierno en este capítulo, por su disposición al diálogo y su pragmatismo. ¿Se graduó en política estos últimos días, dejando de lado su perfil técnico más tradicional?

-Hay momentos y momentos, y he tratado de hacer lo mejor que he podido, porque es parte del rol que me toca jugar como ministro de Hacienda. Este es un momento que requiere de voluntad para conversar y llegar a acuerdos, pero esa voluntad, en el caso del gobierno, parte además del propio Presidente.

¿Es cierto que usted terminó de convencer al Presidente de que no mandará el veto para el proyecto del tercer retiro de la oposición y que lo promulgara ya?

-Fue una conversación general del equipo y el que finalmente toma las decisiones es el Presidente.

¿Y lo ha ayudado en este rol de negociador su experiencia juvenil cercana a la DC, al menos para tender puentes con ese sector?

-Cuando uno llega a un lugar, trae su historia detrás y, en este caso, el haber estado más inmiscuido en política en la universidad, fue un aprendizaje que hoy me permite relacionarme mejor. El saber que es muy importante conversar e interactuar con todo el mundo, no solamente con algunos, y eso es lo que estoy tratando de hacer.

Pero igual hay quienes advierten que a veces, por su franqueza, usted puede pecar de ingenuo en las negociaciones, que le falta “maldad”. ¿Qué responde?

-Uno es lo que es nomás, y pienso que en las actuales circunstancias uno tiene que tratar de solucionar problemas, más que generar problemas. Uno siempre tiene alguna estrategia y piensa cómo puede llegar a la mejor solución, pero en este caso conversar y lograr acuerdos es lo más importante por el bien de la gente que lo está pasando mal. Por eso trato de generar confianzas. No sé si me resulta o no, pero lo intento al máximo, porque tan importante como llegar a acuerdos es generar estos puentes de diálogo que no solo nos sirven para este momento, sino para lo que queda de gobierno y para los futuros también.

¿En qué punto está hoy la negociación con la oposición por este acuerdo de mínimos comunes que lideran usted y el ministro Ossa?

-Hemos tenido varias conversaciones, tanto con la mesa del Senado como con la de la Cámara en estos últimos 10 días, pero también con Chile Vamos para explicarles cómo se está avanzando. Nosotros ya hicimos un planteamiento y estamos a la espera de la respuesta de la oposición. Una vez que la tengamos y entendiendo cuáles son las diferentes posiciones, esperamos avanzar en términos de conversar y llegar a estos mínimos comunes.

¿Pero un eventual acuerdo ya queda para después de las elecciones, pensando en que la respuesta de la oposición llegue en la semana y que las conversaciones podrían alargarse?

-Efectivamente eso parece, porque además esta semana que viene es distrital. Ahora, creo que es bueno, porque vamos a tener algo más de tiempo para conversar las propuestas. Para el gobierno mientras antes tengamos ese acuerdo mejor, pero estos procesos tienen sus tiempos y muchas veces no es bueno apurarlos.

La propuesta de ustedes considera extender el IFE de $100 mil al total del Registro Social de Hogares (RSH), que es el 75% de la población del país. Pero la oposición ya ha dicho que buscarán una renta universal que vaya al 90% de la gente y sobre la base de la línea de la pobreza, que es hoy de $176 mil. ¿Están disponibles para mejorar su oferta en esa dirección y cuánto más?

-Estamos muy disponibles para tratar de mejorar todo lo que sea posible la ayuda a las familias, pero tenemos tranquilidad de que lo que hoy ya está operando es muy masivo, el IFE llegando a 13 millones de personas, y aún más lo que propusimos en la semana, que lo extiende a más de 14 millones, automático, sin requisitos. Tenemos un muy buen instrumento y que está muy cercano a las propuestas que se están hablando. Hoy día, los ingresos determinados por la línea de la pobreza para una familia de cuatro personas son cerca de $460 mil, mientra el IFE entrega $400 mil. Entonces, claro que podemos tratar de perfeccionarlo, pero tenemos que analizar cómo hacerlo y el conjunto de los temas.

¿Y se pueden entregar recursos a las familias que no estén en el RSH para extender la cobertura?

-Es una muy buena pregunta. De hecho, es una pregunta que nos hacemos con el Ministerio de Desarrollo Social. Entendemos que hoy el instrumento que existe y funciona operativamente en el RSH, pero siempre podemos conversar y ver si hay aspectos a mejorar.

Ya, pero claramente están disponibles para entregar más recursos.

-Tenemos que ver las propuestas, pero obviamente sí. Este es un momento en que sanitaria y económicamente se ha afectado muy duramente la vida de nuestros compatriotas, y tenemos que acompañarlos para que además puedan cumplir con las restricciones de movilidad. Pero dicho eso, insisto en que ya tenemos un muy buen instrumento operando.

En cuanto al fondo para las pymes, se ha hablado de ir de los US$1.000 millones que presentaron ustedes, a uno de US$3 mil millones.

-Nuevamente, me gustaría entender bien por qué son US$3 mil millones, son cosas que hay discutir.

¿Cuánto más endeudamiento público considera la propuesta que ustedes entregaron y cómo cambia el perfil de deuda que entregaron hace unos días, que la situaba al 2025 algo por debajo del 40% del PIB?

-Implica alterar algo esa ruta, pero también debemos considerar lo que está pasando con el precio del cobre. Estamos ocupando prácticamente todo el financiamiento extra que está viniendo del cobre en financiar la ayuda social, y así y todo nos estamos endeudando.

El ministro Jobet habló de US$10 mil millones adicionales con el precio del cobre promedio sobre US$4.

-En el último Informe de Finanzas Públicas hablamos de cerca de US$8 mil millones, pero era un precio del cobre un poco más bajo, entonces claro, puede ser que tengamos algo más. Entonces, para saber cuánta deuda más necesitaremos, depende de eso, pero también de los temas tributarios que hemos planteado.

¿Y efectivamente se requieren hoy día cambios tributarios para financiar lo que queda de los gastos por pandemia, que son por definición temporales? Juan Andrés Fontaine dijo la semana pasada que no, que bastaba con más endeudamiento y los bonos soberanos.

-Creemos que sería bueno para no terminar con tanto aumento de la deuda y dado que tendremos un déficit estructural de 6% del PIB, el que podría incluso ser algo más según cómo avance el acuerdo de mínimos comunes. Pero nuestro planteamiento es que esos cambios tributarios tienen que afectar lo menos posible la economía, para no entorpecer su recuperación. Por eso yo creo que hay que desapasionar la discusión tributaria en el país, porque hay ciertas iniciativas, como el tema del royalty, que es una discusión que se está llevando muy rápido y sin rigor técnico. Algo similar ocurre con el impuesto a los súper ricos y también con el IVA diferenciado. Desde ese punto de vista, estamos disponibles para mirar algunos impuestos, pero los que tengan los menores impactos negativos.

¿Le doblaron la mano en el tema de las exenciones, porque usted no lo tenía como prioridad y ahora se incorporó en la propuesta del gobierno?

-Si alguien piensa eso, es su visión. Yo no pongo las cosas en blanco y negro. Lo que dijimos es que había un primer tiempo donde las urgencias eran otras, básicamente movilizar los recursos. Ahora estamos en un segundo tiempo y podemos revisar este tema.

¿Por qué optaron por revisar las exenciones a la ganancia de capital y el del IVA a la construcción y no otras como renta presunta?

-En principio, porque son las que nos parecen que tienen el menor impacto negativo, junto con una mayor recaudación, y que además generan mayor consenso político. En ese sentido insisto: ¿podemos tener una discusión tributaria? Sí, pero ojalá tengamos una discusión tributaria que sea lo más técnica posible.

¿Pero igual consideraron los efectos de estas dos exenciones en el mercado de capitales y en el de la construcción?

-Claro y por supuesto que nos preocupa. Eso significa que si después se necesita estudiar otras alternativa, lo podemos hacer.

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También plantearon el tema de tasas especiales para el FUT y una nueva repatriación de capitales, pero el mismo Fontaine dijo que es un beneficio para los sectores más acomodados.

-No lo veo así. En repatriación hay capitales afuera que tienen una cierta rentabilidad. Si ese capital estuviera dentro de Chile, se le cobraría un impuesto. Entonces, lo que hay que hacer es poner una tasa que logre recaudar lo que se hubiese obtenido si estuviese en el país. Aquí no estamos quitándole impuestos a nadie. Al revés, la idea es cobrarles todos los impuestos que correspondan y punto.

Pero las dos veces que se ha hecho antes ha sido con una tasa especial, menor.

-Sí, por eso parte de lo que tenemos que ponernos de acuerdo es qué tasa les vamos a cobrar. Pero yo no veo que con esto se esté ayudando a los sectores más acomodados, para nada.

Y en el tema del FUT, ¿lo mismo?

-Sí. Ahí, nuevamente, lo que tenemos que ponernos de acuerdo es cuál es la tasa que se les va a cobrar. Es parte de las conversaciones que debemos tener. Ambas cosas corresponden más a la gente más acomodada, pero aquí lo que estamos tratando de hacer es cobrarles impuestos.

¿Cuánto más allá están dispuestos a ir en materia tributaria en esta idea de que las personas de altos patrimonios aporten más en esta coyuntura?

-Todo lo que planteamos en materia tributaria, en buena medida apunta a esas personas de altos patrimonios. Estamos dispuestos a conversar, pero es fundamental ir desapasionando el tema y tratarlo técnicamente. Es esencial que tratemos de ponernos de acuerdo en esta materia tributaria, donde además hay iniciativa exclusiva del Presidente.

¿Buscarán a cambio que se desista de todos estos otros proyectos que hablamos?

-Efectivamente, creemos que todos esos proyectos tributarios que han proliferado en el Congreso no son buenas iniciativas.

En el caso específico del royalty minero que se acaba de aprobar en la Cámara, ¿qué hará el gobierno?

-Ahí está trabajando aceleradamente el ministro Jobet en armar una mesa técnica para replantear ese proyecto en el Senado. La iniciativa que salió de la Cámara implica tasas de impuestos altísimas versus nuestros competidores, lo que significa un fuerte impacto sobre la industria minera. Si establecemos impuestos excesivamente altos, estamos poniendo en riesgo que la gran inversión minera siga viniendo a Chile. Se puede buscar obtener más renta del cobre, pero debe ser algo razonable, que no ponga en riesgo la inversión minera en nuestro país, que terminaría afectando no solo al empleo y los salarios del sector, sino también a todo el resto de la economía.

¿Y si por la vía del diálogo no se logran acuerdo al respecto?

-Si no logramos acuerdos y ante situaciones como la del royalty, obviamente tenemos que ejercer nuestras facultades y eso significa ir al TC. Pero espero que podamos llegar a acuerdo.

Y en la negociación de mínimos comunes, ¿cree que habrá acuerdo?

-Espero que sí y creo que hay ánimo para ello, pero aun cuando no se lograra, ya este proceso de diálogo y búsqueda de entendimiento es una gran ganancia. Algo muy valioso.

¿Pero está en riesgo la gobernabilidad de los próximos meses si no se logra?

-No lo veo así. He visto un cambio de tono y de forma de hacer las cosas en los últimos días muy positivo y creo que podremos transitar en los siguientes meses como corresponde, aunque conscientes que será en medio de un clima más eleccionario.

¿Van a realizarle cambios a la regla fiscal, luego de las recomendaciones del Consejo Fiscal Autónomo (CFA)?

-La institucionalidad fiscal es una gran herencia que hemos recibido y queremos potenciarla lo más posible. Para eso estamos trabajando fuerte con el CFA y vamos a impulsar mejoras en la regla fiscal, tanto en la metodología de cálculo del balance estructural como en otros aspectos de esa institucionalidad.

Es parte importante de lo queremos hacer, porque creemos que la normalización de la política fiscal hacia adelante va a ser más fácil si tenemos una institucionalidad cada día más robusta. También abriremos este trabajo a otros actores para recibir sus ideas, porque la regla fiscal es un patrimonio de todos.

¿A quiénes más van a invitar a esta discusión, a técnicos de la oposición?

-La responsabilidad fiscal es tarea de todos, más allá del gobierno de turno, por lo tanto es indispensable conocer todas las visiones. Esperamos que tanto Chile Vamos como la oposición se sumen a este esfuerzo institucional.

¿Van a adoptar la recomendación principal que hizo el CFA, de sumarle a la regla un tope de deuda pública?

-No quisiera entrar a las cosas específicas aún, pero sí decir que tomamos muy en serio las recomendaciones del CFA y eso significa que las estamos revisando en detalle y trabajando con ellos para ver cómo se pueden ir implementando, de modo que cuando lo técnico esté resuelto, veamos con el Presidente Piñera cuándo impulsar estos cambios. Si volvemos a enfrentar momentos complejos, vamos a poder usar esta institucionalidad en la medida que tengamos bajos niveles de deuda, montos de activos más altos, etc.

¿Estos cambios requieren proyectos de ley o solo son reglamentarios?

-De ambos tipos. Por eso son decisiones que debemos impulsar en la medida que haya espacios legislativos y reglamentarios, pero para nosotros es muy importante generar una institucionalidad fiscal más robusta hacia adelante. Con la red de protección social como está operando hoy y que aún se puede mejorar, no son necesarios más retiros del 10%.

¿Le preocupa la posibilidad de un cuarto y quinto retiro y qué van a hacer para tratar de evitarlos?

-Me preocupa mucho, sobre todo por el impacto en pensiones. Pero vemos que el escenario es otro, en el sentido que ahora sí tenemos una red de protección social que está llegando a la mayoría de los chilenos rápido y con muchos recursos. Por lo tanto, si esto volviera a avanzar nos vamos a involucrar, pero desde donde estamos hoy, que es esta red de protección que está llegando intensamente. Las condiciones han cambiado respecto a de los retiros anteriores, además que éstos cada vez dejarán más gente fuera que no tiene saldo.

¿Y están dispuestos a poner más ayudas vía esa red de protección para evitar que prospere el cuarto retiro?

-Bueno, es que por eso también que estamos en esta conversación sobre mínimos comunes, porque nos da a todos una cierta tranquilidad de que la red de protección es suficientemente potente. Con la red de protección social como está operando hoy y que aún se puede mejorar, no son necesarios más retiros del 10%.

¿Buscarán que eso quede amarrado en este acuerdo de mínimos comunes?

-Vamos a conversar distintas cosas. Yo no quiero hablar de amarres, pero obviamente esto implica tener preocupación por lo que ocurre hoy, pero también mañana, y ahí está el impacto de estos retiros sobre las pensiones.

¿Estamos ad portas del fin del túnel en la pandemia y también de la recuperación en lo económico?

-Efectivamente. Hoy vemos una situación un poco más controlada en el tema sanitario que, de mantenerse, nos va a permitir recuperar la economía. Pero aún tenemos incertidumbres a monitorear.

¿Por eso elevaron su estimación de crecimiento para el año a 6% y no hasta 7% como lo hizo el Banco Central?

-Así es. Preferimos ser cautos, porque todavía existe incertidumbre sobre cómo seguirá evolucionando la pandemia y no estamos seguros que no haya otro rebrote. Por eso somos más conservadores en crecimiento y queremos darle tranquilidad a la población de que si bien, en principio, las ayudas sociales son hasta junio, si se requiere extenderlas van a estar disponibles.

-Pero para junio falta solo un mes y los efectos de la crisis van a persistir más allá. Precisamente para darle tranquilidad a la gente, ¿no sería mejor que desde ya extendieran el programa al menos hasta mediados del segundo semestre o fin de año? ¿Por qué seguir a cuentagotas?

-Este no ha sido un esfuerzo por goteo, sino que gradual e incremental, considerando la evolución de la pandemia y el impacto que ha tenido, que nadie pudo prever. Nosotros hemos ido monitoreando las ayudas y por eso hoy estamos llegando a más de 13 millones de personas con el IFE y casi 2 millones con el bono clase media. Si hay que extender el apoyo, lo haremos, pero así como es importante enfrentar la pandemia, también es importante lo que viene después y cómo apoyamos y estimulamos la recuperación.

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