Ahora que ya me vas conociendo y descubriendo artículo a artículo el tipo de persona que soy, seguro que no te sorprende lo que te voy a contar. Uno de los elementos que me apasionan del verano (y del invierno) son los bolsos, y dentro de su género las bolsas para la playa y la piscina. En este rango de complementos de moda debo confesarte algo, no he encontrado el ideal. Pero hay muchos que se acercan.
Te voy a contar mis dilemas, a ver si los compartes. Lo primero que debo confesarte es que tengo cuatro. ¿Loca? Puede. Asumámoslo. Pero estoy aquí para hablarte de mis mejores defectos y de mis peores virtudes, así que no debería sorprenderte. Mi favorita es una de lona beis tamaño XXL que encontré en unas rebajas de una tienda cercana a mi casa que se llama Marmott… Para mí una de las tiendas con mejor selección de moda de Madrid. Eso sí, para caprichos. Quien avisa no es traidor. Era uno de los lugares favoritos de mi madre y mis regalos salían de ahí; ahora yo me acerco solo cuando veo que empiezan los descuentos.
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La cuestión es que hace tres veranos vislumbré una bolsa de lona beis que doblada no ocupa nada (perfecto para las maletas) y pensé que la podría bordar con mis iniciales y así lo hice. Elegí una tipografía en lima flúor y me quedó ideal. La puedo lavar cada vez que se ensucia, pero al ser de lona se moja y estoy jorobada; es su único defecto. Yo tengo muchos más.
También tengo la clásica cesta de esparto que me encanta, pero pese a que los materiales naturales me chiflan, como ya te he contado alguna vez, me rasca. Sí, lo que lees. Como suelo enseñar más piel cuando la llevo, los tejidos de este tipo no son mis favoritos, aunque su estética me maraville.
La tercera es una de Zara que me compré hace un par de años; es de cuadros, de plástico, de una edición especial que permitía bordar iniciales. Esa la uso para ir a la playa, no pesa, si se moja no pasa nada… pero como el resto no es perfecta: no tiene cremallera, así que cuando mi marido y mis hijos sacan todo sin cuidado (algo que me suele pasar casi todos los días de agosto) se llena de arena. Sí, soy de esas personas que les molesta la arena de la playa. Sí, loca de nuevo. Y finalmente tengo otra de lona más pequeña de una marca española que se llama La Portegna que es la que utilizan los niños esos días que están sin mí. ¿Por qué? No voy a abrir el melón del teletrabajo en verano, no se preocupe, jefe. Es que tiene el tamaño perfecto para ellos dos.
Como verás, todas me gustan, tienen sus virtudes y algún que otro defecto, es por eso que cada año me invade la necesidad de buscar nuevas opciones en busca de la ideal. Estas son las que me han llamado la atención este año. ¿Con cuál te quedas tú?
Esta se parece mucho a la que te he comentado antes, pero es de lona. El estampado me encanta y también podrías bordar las iniciales porque es de tela. El estampado de cuadros vichy en color negro es pura tendencia, tiene dos asas medias y cierre de imán. Dispone de un bolsillo interior con cremallera, ahí no entrará la arena. Es de LT (39,99 euros).
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Una apuesta por la estética natural, aunque esta rafia es sintética, por lo que no exfolia la piel, la tenemos en esta cesta que me ha gustado por su simplicidad. Sus asas tubulares son muy cómodas para poderla llevar al hombro y tiene interior de tela dividido en cuatro secciones. También tiene anillas interiores para sujetar bandolera, cierre magnético y herrajes niquelados. Incluye etiqueta interior de piel rosa y colgante de piel rosa con letras doradas: Coccinelle Never Without Bag. Es de Coccinelle (220 euros).
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Para las amantes de los colores neutros y que quieren algo que les sirva, también para otros menesteres me ha gustado esta bolsa de rafia (que tiene pinta de no rascar como la mía) con diseño entretejido, cierre magnético oculto, múltiples bolsillos internos y parche del logo en el interior. El bolso shopper Rio es de la firma IBELIV (227 euros).
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Me he enamorado, lo sé, no es correspondido, pero no me dirás que esta bolsa con esas asas tan Gucci no te ha robado el corazón. Me encanta la combinación del tejido con estampado tie-dye, con esas asas de bambú tan características, tiene cierre magnético oculto, algo que, como te he comentado, me parece imprescindible para la playa. Además, está impermeabilizada por dentro… No tengo palabras para el que ha pensado en este detalle, pero gracias. Y otro bastante básico, el bolsillo interno, muy práctico para apartar lo esencial y no buscar las llaves del coche como una loca bajo el sol a cuarenta grados. ¿Te he comentado alguna vez que soy de las que lleva cientos de bolsas dentro de mis bolsos? Eso quizá para otro día. Es de La Milanesa (226 euros).
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Debo confesar que los tejidos tipo toalla no me van mucho, pero ya sabes que hay algo por encima de mi cerebro y mis gustos que se llama tendencia. ¿Eso qué significa? Que si lo veo mucho y pasan unos meses seguro que me rindo a ella. Sí, mi personalidad es así de firme. Por eso no te quiero dejar de mostrar esta bolsa que me ha parecido graciosa de Parfois (22,99 euros).
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Un clásico que me chifla y me chiflará siempre es una cesta. Por mi vida han pasado varias, una del mercadillo de Marrakech, otra lisa y lasa, y ahora tengo una pintada con mis iniciales. Sí, soy una loca de la personalización, y no lo puedo evitar. Cursi, en ocasiones, también. Esta me ha gustado porque tiene un detalle diferenciador que la aleja del clásico de la cestería. Capazo de rafia en natural con detalles azul marino, de Naulover (75 euros).
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Los estampados tipo batik me gustan especialmente para el verano; de hecho, los utilizo inclusive para decorar la mesa del comedor, resultan especialmente favorecedores. Trasladados a la playa también funcionan. Esta bolsa de algodón lo demuestra, en tonos blanco y negro y terminaciones en flecos, incluye bandolera. De MC2 Saint Barths (120 euros).
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Llámame la alegría de la huerta, qué capacidad para huir del color, qué tristeza de armario, lo sé. Es algo que padecemos, en especial las personas que nos dedicamos a la moda y que no somos Iris Apfel. Los neutros nos apasionan hasta en los estampados. Por eso me gusta este shopper grande con estampado de palmeras de Inoui Editions (130 euros).
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Ahora que ya me vas conociendo y descubriendo artículo a artículo el tipo de persona que soy, seguro que no te sorprende lo que te voy a contar. Uno de los elementos que me apasionan del verano (y del invierno) son los bolsos, y dentro de su género las bolsas para la playa y la piscina. En este rango de complementos de moda debo confesarte algo, no he encontrado el ideal. Pero hay muchos que se acercan.
