SEÑOR DIRECTOR
El proyecto pro consumidor propuso eliminar el derecho del proveedor a ofrecer descuentos o beneficios adicionales asociados exclusivamente a un medio de pago administrado u operado por el mismo proveedor, alineándose con la prohibición general de ventas atadas de productos financieros.
Sin embargo el Ejecutivo, vía veto sustitutivo, propone (1) prohibir las promociones condicionadas a operaciones de crédito de más de una cuota; (2) obligar al proveedor a informar el costo total del crédito; y (3) regular la jerarquía de la información en la publicidad de dichas promociones.
¿El veto se hace cargo de los problemas que presenta la práctica comercial? No, porque incrementa la incertidumbre del consumidor. Los consumidores, frente a una promoción asociada a una tarjeta de crédito, no saben si es mejor negocio comprar la promoción y pagar con la tarjeta de crédito, que comprar el producto con su precio normal con dinero u otro medio de pago.
¿Por qué es importante saber? Porque sin información, no hay libre elección; y sin libre elección, no hay libre competencia.
El veto, si bien obliga a informar el costo total del crédito y regula las jerarquías informacionales de las publicidades asociadas, permite las promociones asociadas a un crédito de una sola cuota.
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¿Es relevante esta excepción? Sí. La gran mayoría de los consumidores pagan sus compras, incluidas estas promociones, sin cuotas o en una cuota, y a final de mes, pagan el mínimo. Es decir, la excepción es la regla general.
Luego, si se van a permitir estas promociones dirigidas a las tarjetas habientes del mismo proveedor que realiza la promoción, ¿por qué se les obliga a usar esa tarjeta de crédito? ¿Por qué no se les otorga la libertad de pagar con cualquier medio de pago? ¿Por qué fidelizar obligando a usar la tarjeta de crédito? Y si paga con la misma tarjeta, ¿por qué no se les otorga el derecho a pagarla a final de mes, con cualquier medio de pago, pero sin comisiones o cobros adicionales?
Negarse a esta posibilidad confirmaría que quien gana al final del día con estas promociones es el proveedor a través del uso de la tarjeta de crédito, y no el consumidor. La vaina más cara que el sable.
José Roa
Profesor Facultad de Derecho Universidad de Chile
