Los tres candidatos para la elección de consejeros constitucionales que pertenecen a pueblos indígenas –Alihuen Antileo, Julio Marileo y Rudecindo Espíndola– coincidieron en varias prioridades para su eventual agenda como miembros del órgano que establecerá la nueva Constitución.
Antileo y Marileo, pertenecientes al pueblo mapuche, y Espíndola del pueblo atacameño, deben esperar hasta que el Servicio Electoral compruebe que cuentan con los patrocinios necesarios para ser parte del proceso, adelantó El Mercurio.
Antileo, licenciado en Ciencias Jurídicas que también fue candidato a la Convención, consideró que este mecanismo “es parte de la continuidad de un proceso constituyente del cual nos interesa ser partícipes, atendiendo el hecho de que este proceso lo instaló la ciudadanía“.
“Que haya quedado mayoritariamente restringido a lo que plantearan los partidos políticos y el Parlamento nos parece injusto, por lo tanto, nosotros deberíamos también tener una voz desde los pueblos originarios y desde el movimiento mapuche de base, desde las organizaciones territoriales de base”, propuso.
Marileo, en tanto, profesor en Educación Intercultural que también postuló a la Convención y es pareja de la exconstituyente Rosa Catrileo, priorizó el consolidar en la Constitución los “derechos colectivos de los pueblos indígenas que ya están ganados en el consenso internacional, y que están ratificados por Chile en el convenio 169 de la OIT”.
“Creemos que es necesario ponerlos en la discusión, que hay que avanzar en el tema de las tierras, los territorios, la participación política, el derecho a la libre determinación y el reconocimiento constitucional, pero que es un tema que ya se viene discutiendo de la década de los 90″, complementó.
El aspirante remarcó que que “son los temas que hoy día nos mueven y estamos acá para aportar, construir y debatir“.
PROBLEMÁTICAS MEDIOAMBIENTALES
Por su parte, el agricultor y activista medioambiental Rudecindo Espíndola, quien también había postulado a la Convención, puso el foco en “las temáticas territoriales y ambientales” de cara al nuevo proceso, particularmente lo que vive “el pueblo nación Lickanantay, que tenemos una problemática de agua con respecto al desarrollo del litio y la minería, que es extractivista”.
“Y también, obviamente, llevar las temáticas culturales, patrimoniales e históricas -continuó- porque no hay que olvidar que los pueblos nación, los pueblos originarios, hemos sido invisibilizados en nuestra historia, porque obviamente se ha plasmado la educación chilena en los territorios indígenas”.
Espíndola consideró que “esas temáticas hay que instalarlas fuertemente como se hizo en el proceso anterior, pero eso no quita tampoco el poder dialogar y escuchar qué propone el Estado chileno con respecto a nosotros”.
