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Qué explica el boom por estudiar Pedagogía en Educación Diferencial en Chile

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El nuevo año académico sorprendió a las universidades chilenas por el aumento en las postulaciones a Pedagogía en un 50 por ciento en relación con 2022, con un total de 13.195 seleccionados. La que experimentó el mayor crecimiento fue la carrera de Educación Diferencial, con un aumento del 80 por ciento.

¿Qué explica este fenómeno? Para la educadora diferencial, candidata a doctora en Psicología Educacional (U. de Complutense) y directora de Pedagogía en Educación Diferencial de la U. San Sebastián (USS), Carola Quinteros, la respuesta está en el avance que ha experimentado la sociedad chilena en el tema de la inclusión y diversidad, sobre todo en las nuevas generaciones.

“He visto que la motivación por ingresar a esta pedagogía ha ido cambiando con los años. Primero era por una experiencia de vida, por la cercanía que los jóvenes tenían con algún caso en su familia o en su entorno. Pero ahora, es distinto, cuando uno escucha a los estudiantes de primer año, nos dicen que quieren ingresar a Educación Diferencial para contribuir a que Chile sea una sociedad más justa e igualitaria”, afirma la académica.

Carola Quinteros es oriunda de Puerto Montt y se trasladó hasta Concepción para estudiar Educación Diferencial. Luego regresó a su ciudad natal para ejercer en una escuela especial para menores del espectro autista y en otra para niños con síndrome de Down. Pero, aun sabiendo que estaba haciendo lo que le gustaba, no podía dejar de preguntarse: “¿Qué pasa con esos niños cuando egresan del sistema educativo, vuelven a sus casas y ven la vida pasar por la ventana? Eso lo encontraba injusto, porque somos una sola sociedad y nadie tiene que quedar excluido”.

Egresadas 2022 de Pedagogía en Educación Diferencial USS en Santiago.

Fue así como emprendió un nuevo rumbo para especializarse en España, “un país mucho más avanzado en inclusión que Chile”, dice. A su regreso, ingresó a trabajar al Ministerio de Educación un par de años, pero su anhelo más querido era traspasar el conocimiento adquirido en Europa a las futuras docentes de Educación Diferencial. Lo consiguió: Hoy está a cargo de la carrera en la U. San Sebastián (sede Santiago), donde mantiene una estrecha relación con sus estudiantes. “Cada primer semestre hago clases a mis alumnas de primer año; y el segundo, tomo a las que están por egresar. Así sé cómo entran y cómo salen. Mi misión es formar y motivar”, afirma la académica USS.

La especialista asegura que en cada aula del país existen uno o dos niños o niñas, en promedio, que requieren de un enfoque educativo especial para lograr su inclusión en el sistema educativo regular, al alero del Programa de Integración Escolar (PIE). Por ejemplo, hace 10 años, se sabía que había uno de cada 600 niños con espectro autista; hoy, a la luz de la tramitación de la Ley de Espectro Autista o conocida como Ley TEA, se ha sabido que esa cifra es uno de cada 50 menores.

Esta nueva normativa fue despachada por el Congreso a fines de enero y está ad-portas de ser promulgada para que comience su aplicación, lo que traerá beneficios para personas con TEA en todo el ciclo de la vida, incluyendo la educación, la salud, la protección social y el ámbito laboral.

En el último tiempo, Educación Diferencial ha ido ampliando su campo laboral más allá del sistema educativo propiamente tal. Primero solo se ejercía en escuelas especiales, luego abarcó a todo el sistema público de la mano del programa PIE. Pero, en el último tiempo, estos docentes expertos en temas de discapacidad comenzaron a ser requeridos por empresas privadas y organismos públicos que poseen 100 o más trabajadores, los que, gracias a la Ley de Inclusión Laboral, tienen la obligación -desde abril de 2019- de incorporar a lo menos el 1 por ciento de personas con capacidades distintas.

Chile posee una Ley de Inclusión laboral desde 2019. Foto: Senadis. Foto: Senadis.

Nuestros niños con discapacidad crecen y egresan del sistema educativo y tienen que insertarse en la sociedad, lo que requiere especialistas para apoyarlos en la continuidad de su formación y en el ingreso al trabajo. Por lo mismo, la formación que impartimos a los futuros profesores diferenciales también ha ido cambiando con el tiempo para entregar las herramientas y habilidades para trabajar como puentes entre las escuelas y las empresas y otros organismos del sector público. Nuestro desafío es tener una mirada integral de la discapacidad en todo el ciclo de la vida de las personas, apoyándolos a ellos y capacitando a la empresa para acoger a estos jóvenes con capacidades diferentes que tienen mucho que entregar, teniendo como objetivo el que se produzca un cambio cultural que refleje la real composición de la sociedad”, comenta Carola Quinteros.

La Educación Diferencial posee distintas líneas de formación, partiendo de la base de que hay un plan común con el resto de las pedagogías, como currículum, evaluación y tener las herramientas para ejercer la co-docencia con los profesores de las asignaturas. Luego viene la formación profunda en el ámbito psicológico para entender las diversas etapas que atraviesan los menores y los adolescentes, lo que incluye que las y los futuros profesores entiendan cuáles son las características de los estudiantes con los cuales van a trabajar, sus particularidades neurológicas; qué significa una discapacidad intelectual, estudiar el amplio mundo del espectro autista y las neurodiversidades, con sus capacidades y motivaciones.

La académica USS plantea, además, un punto trascendental en la formación: “Comenzar prácticas en el aula desde los primeros años de universidad, además de dar herramienta a los menores, a los profesores y a las familias para obtener los mejores resultados en la formación y desarrollarse en todos los ámbitos de la vida”.

Carola Quinteros señala que un desafío para la carrera es que se incorporen más hombres a estudiarla. “Cada año, ingresan uno o dos. Pero se necesitan más interesados, porque sería muy atractivo para los niños varones con diagnóstico tener un par que los acompañen, tanto en las escuelas diferenciales como en los programas de integración escolar, porque así se reflejaría de mejor manera la composición de la sociedad”.

Francisco Arroyo es uno de los pocos varones egresados de Educación Diferencial. Estudió en la sede USS de Valdivia, llegando a dirigir el Centro de Estudiantes de la carrera.

Beatriz Pizarro ingresó a estudiar Pedagogía en Educación Diferencial en 2020 en la USS (Sede Santiago), al inicio de la pandemia cuando el país se encontraba en cuarentena, impidiéndole comenzar la carrera de manera presencial. Hoy se apresta a cursar su cuarto año, a la vez que se impuso el desafío de escribir cuentos para niños ciegos utilizando el sistema braille, gracias a una regleta y un punzón que recibió como regalo de Navidad.

Beatriz está en permanente contacto con sus compañeras, pues junto a un grupo de ellas decidieron postularse para dirigir el Centro de Alumnos de Educación Diferencial USS sede Bellavista, resultando electas a finales del año pasado.

Beatriz Pizarro (al medio), junto a cuatro compañeras, encabezan el Centro de Estudiantes de Pedagogía en Educación Diferencial, sede Bellavista de la USS en Santiago, desde fines de 2022.

La educación es una herramienta transformadora, que les permite a las personas a ser independientes y autónomas para enfrentar la vida de adultos. Por eso, estudiar Educación Diferencial responde al sentido social de estas nuevas generaciones para hacer un aporte a la comunidad en general. Las personas en situación de discapacidad, sean niños, jóvenes o adultos tienen derecho a ser escuchados, atendidos y también a entregar a la sociedad lo mejor de sí”, sostiene.

La joven opina que “la Educación Diferencial tiene como objeto derribar estigmas sociales que marginan a las personas con capacidades especiales y está tomando un papel muy importante en el sistema educativo en su conjunto, porque en todas partes hoy debe haber un educador diferencial. Y creo que en poco tiempo más deberán existir educadores diferenciales en la Educación Superior”.

Como Centro de Estudiantes, este 2023 quieren hacer trabajos y actividades sociales de vinculación con el medio; es decir, insertarse en el territorio. Y no quieren hacerlo solas, por lo que están planeando invitar a carreras afines, como Kinesiología, Fonoaudiología, Terapia Ocupacional y otras Pedagogías.

“Pensamos que no es necesario terminar nuestra carrera para entregar nuestro apoyo a la comunidad que nos necesita. Tengo mucha esperanza de que las y los nuevos estudiantes que ingresan este año puedan apoyar este trabajo y crear redes para mejorar la calidad de vida de las personas con capacidades diferentes”, concluye Beatriz Pizarro.

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