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Estos eran los 13 marines de EEUU muertos en el primer atentado de Kabul

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  • La imagen de una sargento americana acunando a un bebé afgano en el aeropuerto de Kabul dio la vuelta al mundo la semana pasada. Esa sargento, Nicole Gee, fue una de los 13 marines de EEUU que murieron el miércoles pasado en el primer atentado ocurrido durante la evacuación internacional.

  • Estas son las historias de esos marines recogidas por distintos medios de comunicación estadounidenses.

Una semana antes de que la mataran, la sargento Nicole Gee fue fotografiada mientras acunaba a un bebé en sus brazos en el aeropuerto de Kabul. Publicó la foto en Instagram y escribió: “Amo mi trabajo”. Gee, de 23 años y natural de Sacramento (California), era técnico de mantenimiento en la 24ª Unidad Expedicionaria de los Marines con sede en Camp Lejeune en Carolina del Norte. Murió en el atentado que el pasado jueves costó la vida a 110 personas, entre ellas 13 militares norteamericanos encargados de la evacuación de la capital afgana.

El general Forrest C. Poole, comandante del segundo Grupo de Logística Marina, ha recordado para el diario ‘The Washington Post’ “la inmensa pérdida de la sargento“. También lo ha hecho Mallory Harrison, que compartió piso con Gee durante tres años, y que ha escrito también sobre lo duro que ha sido para ella esta muerte. “No puedo describir muy bien la sensación que tengo cuando me obligo a volver a la realidad y pienso en cómo nunca la volveré a ver”, ha relatado Harrison en Facebook. “Cómo tomó su último aliento haciendo lo que amaba: ayudar a la gente… Entonces hubo la explosión”, prosigue.

El coche de Gee todavía está aparcado en un aparcamiento de Camp Lejeune y Harrison reflexiona sobre todos los marines que pasaron junto a él mientras ella estaba en el extranjero. Su generación, añade la compañera de piso de la fallecida, ha escuchado cientos de veces las historias de guerra de los veteranos de los conflictos de Irak y Afganistán, pero siempre le habían parecido aventuras lejanas. Hasta que “la flota pacífica en la que estabas se convierte en… que tus amigos no van a regresan ya nunca a casa”.

La página de Instagram de Nicole Gee muestra otra foto de ella en uniforme, sosteniendo un rifle junto a una fila de personas que caminan hacia el vientre de un gran avión de transporte. “Escoltando a los evacuados hasta el pájaro”, escribió ella. Otras imágenes la muestran en un camello en Arabia Saudita, en bikini en una isla griega y sosteniendo una cerveza en España. Una de este mes en Kuwait la muestra radiante con su meritorio ascenso a sargento.

A punto de ser padre

Rylee McCollum, de 20 años e infante de Marina, era originario de Bondurant (Wyoming), estaba casado y su esposa está esperando un bebé para dentro de tres semanas. McCollum es otra de las víctimas abatidas en aquel primer atentado de Kabul.

“Estaba tan emocionado de ser padre e iba a ser un gran padre”, explica su hermana, Cheyenne McCollum, también a ‘The Washington Post’. La joven señala que su hermano “era un infante de Marina antes de saber que se le permitía ser infante de Marina… Llevaba su rifle de juguete y usaba las botas de nieve color de rosa de su hermana para simular que estaba cazando o que era un marine”. McCollum estaba en su primer despliegue operativo cuando comenzó la evacuación en Afganistán, ha precisado otra hermana del finado, Roice, al ‘Casper Star Tribune’.

“Queremos asegurarnos de que la gente sepa que estos son los chicos a los que se está sacrificando, y que Rylee tenía una familia que lo amaba y una esposa que lo ama y un bebé al que nunca conocerá”, ha insistido Cheyenne.

“¿Quieres grabar un video juntos, amigo?”

Kareem Nikoui envió unos videos a su familia en Norco (California) horas antes de morir en el atentado de Kabul. Nikoui, de 20 años, aparecía jugando con unos niños en Afganistán. En uno de los ‘clips’ recibidos por los suyos, se le oye decir a un pequeño: “¿Quieres grabar un video juntos, amigo?” En las imágenes se ve cómo el joven marine se inclina para hacerse un selfi con el niño afgano. “Está bien, ahora somos héroes, hombre”, se despide.

Paul Arreola, amigo de la familia del fallecido, destaca lo que esos videos muestran: “El corazón de este joven, el amor que tiene”. “La familia está desconsolada”, agrega Arreola, que describe al joven Kareem como un “joven increíble” lleno de promesas que siempre quiso ser un infante de Marina y se propuso lograr su objetivo. Le sobreviven sus padres y tres hermanos.

“No te preocupes mamá. Mis chicos no dejarán que me pase nada”

La bandera frente a la casa de Ohio donde viven los padres del ayudante médico Maxton Soviak luce a media asta mientras un flujo constante de amigos, entrenadores, profesores y familiares se detienen para ofrecer sus condolencias.

A Soviak, de 22 años y nacido en Berlin Heights, todos le recuerdan como un tipo amable y querido, que divertía a los demás y que había sido miembro del equipo de fútbol local y de lucha, con el que se habían proclamado campeones estatales. Tenía 12 hermanos.

En sus últimas palabras a su madre por FaceTime, Max le aseguró que estaría a salvo. “No te preocupes mamá, mis chicos no dejarán que me pase nada”, le dijo entre risas en esa última conexión. “Siempre estaba sonriendo”, recuerda Vince Ragnoni, que fue profesor suyo de tecnología eléctrica. “Era un tipo amigo de hacer travesuras y al que le gustaba hacer reír a otras personas”. Se había alistado en los marines en 2017, donde se especializó como ayudante médico.

“Max era un hijo maravilloso que amaba a su familia, a su comunidad y estaba orgulloso de servir en la Marina de los Estados Unidos”, donde planeaba desarrollar su carrera, ha dicho su familia en un comunicado. “Las palabras no pueden expresar lo desconsolados que estamos con esta noticia y echaremos muchísimo de menos a Max”.

Un marine con alma de artista

Humberto Sánchez fue uno de los 17 miembros de su clase de secundaria de Indiana que se unieron al ejército después de graduarse. “Era un joven brillante y atlético, popular y muy querido por sus compañeros de equipo de fútbol, compañeros de clase, entrenadores y profesores”, le define Matt Jones, director de la Logansport High School, en la que Sánchez estudió. El joven, fallecido a los 22 años en el atentado de Kabul era también, un “artista dedicado, que tomó muchas clases de arte junto con cursos universitarios de honores y de doble crédito”, ha destacado Jones.

“Te quiero -le dijo Dylan Merola a su madre-. Te llamaré tan pronto como llegue a casa”

Una colecta para ayudar a pagar su funeral

En su último mensaje a casa, Dylan Merola, de 20 años, le dijo a su madre que no podría hablar con ella por un tiempo porque lo iban a mandar a una nueva ubicación en Afganistán.

“Te quiero -le dijo-. Te llamaré tan pronto como llegue a casa”, fueron sus últimas palabras, ha explicado la progenitora Cheryl Merola a la cadena KCAL-TV. Dylan apenas llevaba dos semanas en Afganistán cuando le atrapó el atentado de Kabul. Planeaba estudiar ingeniería en la universidad después de su servicio militar.

Entre lágrimas, su madre lo ha descrito como “amable, cariñoso, generoso con cada persona, alguien que daría cualquier cosa por cualquiera”. “Uno de los mejores chicos de todos los tiempos”, afirma la desconsolada mujer.

Sus amigos han abierto una cuenta de ‘crowfunding’ en GoFundMe para costear su funeral, que el sábado por la tarde había superado con creces su objetivo de 15.000 dólares. “Dylan era un amado hijo, hermano, nieto, bisnieto, sobrino, un gran amigo y un valiente soldado que pagó el máximo sacrificio durante la evacuación de Kabul”, reza el anuncio de la colecta.

“Nunca vi a nadie entrenar tan duro como él para ser marine”

Jared Schmitz, crecido en Saint Loius (Misuri), estaba entre un grupo de marines enviados de regreso a Afganistán para ayudar con los esfuerzos de evacuación, ha detallado su padre, Mark Schmitz, a KMOX Radio. “Estaba haciendo algo que siempre quiso hacer, y nunca vi a un joven entrenar tan duro como él para ser el mejor soldado que podría ser”, ha contado Schmitz sobre su hijo, muerto a los 20 años.

“Su vida significó mucho más. Estoy tan increíblemente devastado que no podré ver al hombre en el que se estaba convirtiendo rápidamente”, ha llorado el padre en sus declaraciones radiofónicas.

“Mi hijo era el tipo de hombre que iluminaba una habitación cuando entraba”, afirma el padre de Taylor Hoover

Un tipo sensato con 11 años de servicio

Taylor Hoover llevaba 11 años en la Infantería de Marina, donde, a los 31 años de edad, había llegado a ser sargento. “Dio su vida protegiendo a aquellos que no pueden protegerse a sí mismos”, ha afirmado su padre, Darin Hoover, que vive en un suburbio de Salt Lake City, en Utah. “Era el mejor amigo de sus dos hermanas y amaba a toda su familia. Tenía una novia en California y era el tipo de hombre que iluminaba una habitación cuando entraba”, asegura su padre.

Nate Thompson había conocido a Hoover cuando tenían 10 años jugando al fútbol. Siguieron siendo amigos durante la escuela secundaria, donde el ahora fallecido, siguió practicando fútbol americano. “Si teníamos problemas con las notas, problemas con la familia o problemas en el campo, siempre llamábamos a Taylor. Siempre era sensato, incluso si él mismo estaba implicado”, ha contado Thompson.

Un caparazón resistente y un corazón gigante

Daegan Page tenía 23 años y planeaba ir a la escuela de oficios y, posiblemente, seguir siendo jugador de fútbol americanouna vez hubiera terminado su alistamiento en la Marina de EEUU. La bomba de Kabul se lo impidió. Page se había criado entre Red Oak (Iowa) y Omaha (Nebraska) y se unió a los marines después de graduarse de Millard South High School. Su novia, sus padres, su madrastra y su padrastro, sus cuatro hermanos y sus abuelos lo lloran, según el comunicado de la familia.

“Daegan siempre será recordado por su caparazón resistente y su corazón gigante”, destaca el comunicado. “Nuestros corazones están rotos, pero estamos agradecidos por los amigos y la familia que nos rodean durante este tiempo”, concluye la nota.

A Johanny Rosario Pichardo la lloran en Lawrence, la ciudad a la que ella llamaba su hogar, y en la República Dominicana, donde nació

“¡Paz a tu alma!”

La muerte de la sargento Johanny Rosario Pichardo la lloran en la ciudad industrial de Lawrence, en Massachusetts, a la que ella llamaba su hogar y en su lugar de nacimiento en la República Dominicana. “No permitiremos que la olviden”, ha clamado Jaime Meléndez, director de servicios para veteranos en Lawrence, donde Johanny Rosario asistió a la escuela secundaria.

La sargento, de 25 años, estaba sirviendo en la Fuerza Naval Anfibia de la Marina, cuyos responsables han destacado su enorme trabajo como jefa de suministros esta primavera. Sonia Guzmán, embajadora de la República Dominicana en Estados Unidos, ha tuiteado que la nación caribeña comparte la pérdida. “¡Paz a tu alma!”, se ha despedido de ella en español.

Ansioso por mudarse a Washington

Al sargento Ryan Knauss los suyos le recuerdan como un hombre divertido que amaba a su país y que estaba ansioso por volver a casa y mudarse a Washington, DC, han explicado sus familiares a la cadena de televisión local Wate TV en Knoxville (Tennessee). “Era un joven súperinteligente y muy divertido”, ha contado su madrastra, Linnae Knauss.

Knauss, de 23 años, había estado destinado en Fort Bragg, Carolina del Norte, y era parte del noveno batallón de operaciones psicológicas, según ha detallado el Departamento de Defensa.

“Era un joven motivado que amaba a su país”, ha subrayado su abuelo, Wayne Knauss, en el mismo canal de televisión. “Era creyente, así que lo veremos nuevamente en el cielo”, ha agregado el hombre.

Hunter Lopez había planeado seguir los pasos de sus padres cuando se licenciara de la Marina

El chaval que aspiraba a convertirse en ‘sheriff’

Hunter Lopez, de 22 años, había planeado seguir los pasos de sus padres y embarcarse en una carrera en la aplicación de la ley después de su servicio militar. Ya de adolescente, Lopez había participado en el programa ‘Explorer’ que organiza el departamento del ‘sheriff’ del condado de Riverside en el sur de California, donde trabajan su madre y su padre, y planeaba unirse a la fuerza allí él mismo, ha indicado el actual alguacil, Chad Bianco.

“Estamos desconsolados al escuchar esta triste noticia sobre Hunter, quien eligió seguir una vida de servicio, altruismo, coraje y sacrificio, como sus padres”, ha dicho Bianco en un comunicado. La madre de López es ayudante del ‘sheriff’ y su padre es capitán.

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El héroe de Laredo

“Fue lo suficientemente valiente como para ir a hacer lo que quería y ayudar a la gente”. Así recuerda Elizabeth Holguin a su hijo David Espinoza, fallecido en Kabul a los 20 años, según ha recogido el ‘Laredo Morning Times’. En un comunicado, el representante federal en esa ciudad tejana, Henry Cuellar, ha querido destacar que Espinoza “personifica los valores de Estados Unidos: determinación, dedicación, servicio y valor”. “Cuando se unió al ejército después de la escuela secundaria, lo hizo con la intención de proteger a nuestra nación y demostrar sus desinteresados actos de servicio”, ha agregado Cuellar, que ha concluido: “Los valientes nunca mueren. Y David Lee Espinoza es un héroe”.

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