Arranca la New York Fashion Week, ¿por qué el lujo no es necesario para la pasarela?

El 11 de septiembre de 2001, Nueva York vivió su mayor pesadilla. Veinte años después, la ciudad se prepara para celebrar este aniversario. A la par que esta triste conmemoración, tiene lugar la Semana de la Moda de la Gran Manzana, que parece diseñada para presentar una cara optimista y esperanzadora. Los desfiles presenciales de Tom Ford, Gabriela Hearst o Carolina Herrera así parecen confirmarlo. Además, Michael Kors aprovechará para celebrar sus 40 años en la moda y Jeremy Scott pasa de Los Ángeles a la ciudad de los rascacielos el desfile de Moschino. Todo esto, además, coincidirá con la celebración de la MET Gala, que pondrá el broche final este 13 de septiembre.

Con un formato más reducido que el habitual, el Metropolitan Museum de Nueva York arde en deseos de poder inaugurar la muestra del Costume Institute gracias a la cual consigue recaudar millones de dólares todos los años. ‘In America: A lexicon of fashion’ se presenta como una reivindicación de la contribución a la moda del país de las barras y estrellas, un bonito guiño al sentimiento patriótico que se refuerza cada 11S. Rosalía, Harry Styles o Timothée Chalamet serán algunos de los invitados a este evento que presiden Tom Ford y Anna Wintour (que colaboran en muchísimos proyectos juntos). Todos ellos probablemente no abonarán los 30.000 dólares que cuesta conseguir un sitio en la velada o los 275.000 que hay que pagar por una mesa.

Algo ‘más económico’ resulta el poder acceder el 8 de septiembre al desfile de Peter Dundas para Revolve: 2.500 dólares por conseguir un asiento en esta presentación. Si tiene un presupuesto más ajustado, quizás le pueda interesar entonces las entradas para The Revolve Gallery, un proyecto de la multimarca donde se presentarán al día siguiente y en distintas habitaciones las colecciones de 13 creadores. Esta tienda online busca así hacerse un hueco en una de las pasarelas más reconocidas del mundo (y con un perfil más comercial) y, además, conseguir incluso hacer negocio con el propio desfile. ¿Una novedad? Para nada, estas colaboraciones ya las iniciaron en los 40 y 50 diseñadores como Jacques Fath y los distribuidores pagaban fortunas por poder asistir en París a una presentación de alta costura, pero sí denota nuevos aires en el sector.

Y lo mismo podemos observar con la presentación de COS en la London Fashion Week. Si Revolve escoge lo comercial, la firma sueca apuesta por la pasarela de referencia en nuevas tendencias. En su caso, será un desfile en vivo que se fusionará con retratos artísticos y que contará con la activista Janaya Future Khan, la actriz Jodie Turner-Smithe y la modelo Raquel Zimmerman como estrellas del evento. H&M, propietaria de COS, ya tiene de hecho experiencia en este tipo de eventos, como los que celebraba antes de la pandemia con sus colaboraciones con grandes diseñadores. Ahora le toca el turno a la línea más minimalista de la compañía que abrió su primera boutique en la capital inglesa.

Las pasarelas se abren así a unas presentaciones más populares donde se imponen también formatos como el ‘see now, buy now’, como es el caso de Revolve. Pero esto, de nuevo, no es algo muy novedoso. No hace falta irse muy lejos para ver a marcas ‘fast fashion’ dentro de calendario de pasarelas. Durante muchos años, Mango fue fiel a 080 Barcelona y Hoss Intropia mostraba sus colaboraciones con Miguel Palacio en la Mercedes-Benz Fashion Week, convirtiéndose en dos de los desfiles que más conversaciones generaban en las redes sociales y de los que más impacto mediático generaban.

Hemos repetido mil y una veces que la moda tras la pandemia planteará nuevos retos, y parece que este va a ser uno de esos. ¿Estamos preparados para la revolución?