Un especialista de la compañía gasística local confirmó que había un escape y que podría haber derivado en una posible detonación o en un incendio.
Lilly, una gata adoptada por una familia de Lake Oswego (Oregón, EE.UU.), detectó una fuga cerca de una válvula de la chimenea mientras su dueña, Sandi Martin, jugaba con ella en la sala de estar, evitando con ello una posible explosión, reporta Cat Adoption Team, la entidad donde vivía antes el animal.
“Me acerqué y olí y había olor a gas natural. Era muy tenue, así que no me fiaba mucho de mi nariz. Entonces le pedí a mi marido que oliera, y él también lo olió”, cita la agencia UPI las palabras de dueña de la casa, que se mostró muy sorprendida por la habilidad de la felina.
Al cerciorarse del problema, la pareja llamó a su compañía de gas, que les recomendó apagar todos los aparatos, incluyendo sus celulares, así como abrir las ventanas y las puertas para que saliera todo el gas.
Al llegar a la casa, un especialista de la compañía confirmó que, efectivamente, había una fuga de gas que podría haber derivado en una posible detonación o un incendio de no haberse tomado las medidas preventivas.
“Puso a prueba todas las demás fuentes de gas, salió al exterior, cortó la tubería del gas allí y la tapó y apagó la chimenea. Ella [Lilly] ha podido salvarnos la vida“, comenta Martin.
La gata Lily tiene otra particularidad inusual, ya que tiene sus 21 dedos, en vez de los 18 habituales. Además, el animal sufre el virus de la leucemia felina, una enfermedad incurable que podría mermar su vida.