El precio de los insumos depende de varios factores. Uno de ellos es el tipo de cambio (o precio del dólar). Cuando el insumo es importado, por ejemplo, fertilizantes, algunas materias primas necesarias para la producción de alimentos verán su precio afectado. En el último tiempo, el precio del dólar ha subido, lo que sin lugar a dudas es uno de los factores que explican el alza de precios de los insumos.
El aumento del precio del dólar también incrementa el precio de los alimentos importados, lo que de igual forma impacta el precio de la producción nacional. Este mayor aumento en los precios de los alimentos ayuda a compensar el aumento de precios en los insumos. Así, el efecto final va a depender de la magnitud del incremento de los precios de los alimentos, en comparación a lo que varían los precios de los insumos. Y de esta forma el margen o utilidad de la actividad agrícola dependerá de cada empresa/rubro según la estructura productiva, administrativa, etc.
Otro factor es la menor oferta de insumos que puede estar relacionado a la pandemia, y que ha generado que muchas empresas reduzcan su capacidad de producción, lo que incide en una menor oferta de insumos, y ello presiona a un alza en los precios. El incremento de precios de los insumos genera un aumento en los costos, que dependiendo de cada realidad (empresa o predio) se podría traducir en un menor margen o utilidad.
Hacer una proyección en el precio de los insumos es complejo. En esta época hay un alza natural de su demanda por el incremento en la actividad productiva, lo que presiona el alza de sus los precios Adicionalmente, no se espera que el precio del dólar baje en el corto plazo, lo que favorece a mantener los precios de los insumos en un valor al alza.
Pero ¿Cuál es el camino de los productores para abaratar sus costos?
El camino que los productores pueden seguir para abaratar sus costos puede ser a corto o largo plazo. En el corto plazo es posible mejorar la eficiencia en el uso de los insumos, recursos o factores de producción, por ejemplo, la alimentación, lo que se traducirá en un aumento en productividad (más kg carne/ha, L leche/ha o por vaca, etc.). En el largo plazo los productores pueden hacer ajustes más radicales, evaluando las opciones de cambio según cada caso, entre lo que podría, por ejemplo, mecanizar y/o automatizar procesos, cambios de cultivos, variedades, etc., con la finalidad de aumentar la producción y de esta forma lograr diluir (reducir) los costos fijos.
* Víctor H. Moreira L., Instituto de Economía Agraria, Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, Universidad Austral de Chile.