Más de dos mil firmas ya lleva en una semana la carta “Nunca más sin nosotras”. Adhesión online que generó un verdadero sismo político en las huestes no solo socialistas, sino también del PPD, al conocerse que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, había suscito la misiva en la que, junto con levantar la candidatura presidencial de su exvocera, Paula Narváez, pide que la elección del abanderado o la abanderada sea través de primarias del PS.
Los movimientos internos de la tienda presidida por el senador Álvaro Elizalde de inmediato se percibieron y fueron varios militantes de su sector, del llamado tercerismo, los que se sumaron al respaldo a Narváez, propinándole un golpe a su líder que en ese momento todavía se ufanaba de tener el apoyo de algunos parlamentarios que le habían pedido ser el abanderado del PS. Violeta Reyes y Carolina Rivero, ambas vicepresidentas de la Mujer del PS y terceristas, suscribieron la misiva que estaría resultando “mortal” para las otras candidaturas.
“La exclusión de las mujeres de un proceso de definiciones tan relevante como ésta, no es hoy admisible. El contexto político y social exige que nos hagamos cargo de sentar las bases para una efectiva paridad de género en democracia”, destaca un fragmento de la carta firmada ya por más de dos mil adherentes, entre los que se cuenta la expresidenta Michelle Bachelet.
Quienes conocen la verdadera génesis del texto aseguran que fue tanto el malestar provocado por la misiva en la que se le pedía a Elizalde que se convirtiera en el candidato, que un grupo de mujeres, por cuenta propia y no impulsado por un sector particular del PS, resolvió que no aceptaría que la definición fuera adoptada entre las cuatro paredes del Congreso, e impulsó la iniciativa.
El sentimiento feminista se apoderó del PS y la oración en la carta en la que se advierte que “es inaceptable que las candidaturas presidenciales de nuestro partido sean sólo masculinas”, consagra que las mujeres esta vez no aceptarían una definición desde arriba.
La gran pregunta ahora es qué hará uno de los candidatos que sigue en carrera: el senador José Miguel Insulza, pues desde su mismo sector un militante que prefiere mantener en reserva su identidad asegura que, de haber elección entre Narváez y el excanciller, este último corre el riesgo de perder 90%-10% y no 60%-40%, como podría pensarse. Es decir, las opciones son pocas y mientras tanto el “efecto Bachelet” sigue generando apoyo entre los dirigentes, aunque algunos hacen un símil con la designación que en México realizaba el Presidente saliente de su sucesor, más conocido como el “dedazo”. La homologación estaría fuera de lugar, pues ello ocurría mientras el presidente estaba en ejercicio y utilizaba todo el aparato del Gobierno para imponer su decisión.
Ayer domingo en “Mesa Central”, de T13, el presidenciable del PC y alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, dijo que a través de la carta Bachelet “notificó a varios que tenían que jubilarse. Hace una demostración, con toda la influencia que tiene la expresidenta Michelle Bachelet, y les dice a varios que ya no es su tiempo”, en directa alusión a José Miguel Insulza.
