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La activista Ghazaal Habibyar habla sobre la situación actual de las mujeres en Afganistán
Ghazaal Habibyar estaba sacando dinero en Kabul cuando los talibanes entraron a la ciudad. Esta afgana ha luchado durante toda su vida por los derechos y la educación de las mujeres en su país y ahora atiende a EL PERIÓDICO desde Albania, donde ha tenido que refugiarse tras la caída de la capital.
¿Qué fue lo primero que pensó con la llegada de los talibanes? Estaba en estado de shock e incredulidad. Nunca pensamos que llegaran a Kabul tan rápido, fue un shock. Mientras iba a casa y veía a gente corriendo por todas partes, mi incredulidad pasó al miedo y la preocupación por nuestro futuro. Una de las cosas por las que más temía era por el futuro de las niñas y las mujeres en Afganistán. La primera vez que llegaron al poder en 1992 yo era una adolescente, estaba en el colegio y nuestros colegios cerraron. Tengo dos niñas y pensar que tendrían que pasar por lo mismo me daba mucho miedo.
¿Está más preocupada ahora? Estoy cada día más y más preocupada, en un principio dijeron que habían cambiado, que respetarían a las mujeres, que las dejarían estudiar y trabajar, pero vemos que es mentira. Las escuelas siguen cerradas para las niñas, las universidades públicas han cerrado para las chicas y las profesoras, las mujeres no pueden ir a las oficinas… Lo que se acordó en las negociaciones de Doha respecto a una nueva versión de los talibanes es mentira. Son los mismos de antes, tienen la misma mentalidad. Además, han vuelto con ganas de venganza. Están buscando a gente que ha trabajado con gobiernos, con oenegés, con los medios… Si no pueden encontrarlos, arrestan a sus familias y les obligan a revelar su paradero. Es muy muy preocupante.
Dijeron que dejarían que las niñas fueran al colegio y no lo han hecho ¿empeorará la situación? Dicen que lo han prohibido porque quieren establecer un ambiente seguro para ellas. La última vez que estuvieron en el poder dijeron lo mismo. Gobernaron durante cinco años y ninguna escuela reabrió. Si miramos las experiencias pasadas, no creo que vuelvan a abrir las escuelas. Soy una mujer musulmana practicante, leo el Corán, llevo hijab, he estudiado el Islam y el género… y en ningún sitio indica que las mujeres no puedan estudiar así que no entiendo que parte del Islam están siguiendo.
¿Hay quienes han dejado de acudir a las escuelas por miedo? Ayer hablaba con una amiga de Kabul sobre sus hijos porque sus hijas no están yendo a clase, me dijo que iban al colegio y no había profesores para dar clases y que los mandaban a casa cada día. La mayoría de los profesores del país son mujeres y no pueden ir al trabajo. La educación, tanto de las chicas, como de los chicos, se va a ver afectada por ello. Además, algunos padres tienen miedo de mandar a sus hijas a clase, no tanto en el colegio, pero en las universidades privadas hay chicas que tienen miedo. Están pegando a las mujeres por andar solas o por no llevar el hiyab correcto. Es muy peligroso.
¿Hay un hiyab correcto? No ha salido en las noticias o un decreto que diga cuál es el código de vestimenta por lo que hay distintas visiones. La gente tiene miedo porque nunca se sabe cuál es la versión correcta para cada talibán y te pueden atacar en cualquier momento.
¿Qué han supuesto estos 20 años para las afganas? Las cosas cambiaron para las mujeres en todo el país. Las chicas iban al colegio en todas partes, teníamos profesoras… 20 años es mucho tiempo, tenemos una nueva generación de afganas educadas que no conocían los gobiernos talibanes. Para ellas es muy surrealista. Mi generación tiene algunos recuerdos, pero para estas niñas es algo totalmente nuevo. Las mujeres han tenido voz incluso en las aldeas más perdidas, las cosas habían cambiado para ellas, tenían una voz, podían decir lo que quisieran, teníamos trabajadoras sociales, activistas… Muchos dicen que solo las mujeres de la ciudad van a sufrir, pero no estoy de acuerdo. Todas van a sufrir si esto continua así.
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¿Continuarán entonces las protestas de las mujeres? Estas mujeres son muy valientes por levantarse contra las armas, frente a talibanes que no las escuchan. Yo las admiro y me encantaría estar con ellas en este momento. Seguirán hasta cierto punto, en las últimas protestas han identificado los rostros de algunas y han ido a buscarlas a sus casas, arrastrando a los hombres de sus familias… Si esto continua, el número de protestas en Kabul se verá afectado. No es un ambiente seguro, van a ir a por ellas por dar su opinión.
¿Qué pediría a la comunidad internacional? Las afganas hemos insistido a la comunidad internacional que los derechos de las mujeres y los derechos humanos están en peligro en Afganistán. Dijimos que los talibanes no habían cambiado y durante las últimas semanas lo han demostrado. Espero que la comunidad internacional no vuelva a olvidarnos como en los 90. Es importante que sigamos apoyando a las mujeres y a las asociaciones que trabajan en el país. Temo que muchos fondos de ayuda paren como el del Banco Mundial. Si cortamos los fondos no dañamos al Gobierno, dañamos a profesores, a estudiantes… a la sociedad afgana.