17/06/2021 – 11:03 Actualizado: 17/06/2021 – 14:04
Hay dos formas de ser un personaje conocido: guardando silencio para mantener la intriga que caracterizaba a las celebridades de antaño, o exponiendo al público cada movimiento. Sin lugar a dudas, las Olsen pertenecen al primer grupo. Las gemelas crecieron ante la atenta mirada de las cámaras, pero en un giro inesperado de guion, se alejaron de la interpretación para adentrarse en un negocio que entonces estaba de moda entre los famosos: lanzar una firma propia. Fue en este momento en el que las Olsen se desvincularon del resto, pues mientras que todas las celebs ponían su nombre a sus marcas y ejercían de modelos de las mismas, ellas decidieron recurrir a un nombre radicalmente opuesto a su conocido apellido y optaron por no hacer de sus rostros un imán de ventas. La segunda diferencia llegó al instante, pues el nacimiento de The Row tuvo lugar en 2006, el año en el que los logos más visibles se adueñaban de la moda y en el que la ‘marquitis’ se hallaba en su punto álgido.
El tercer elemento diferenciador fue el precio de los productos, pues mientras que las famosas intentaban ganarse al público más joven con precios asequibles, las Olsen sorprendieron con sus camisetas básicas de más de 300 euros. El Uniqlo de los adinerados había nacido, pero todo parecía indicar que la fórmula de las gemelas estaba destinada a fracasar. Sin embargo, ellas supieron acercarse al público realmente pudiente, ese que no necesita recurrir a logos para demostrar su riqueza, y convirtieron The Row en una marca aclamada por las fashion insiders, por las modelos más estilosas y por las que pensaban que para construir un fondo de armario se necesitan básicos y, sobre todo, muchísimo dinero.
“La palabra lujo está en todas partes, pero para nosotras es algo que facilita la vida. La idea de que puedas comprarte algo que acabas de descolgar de la percha para ponértelo y hacerlo formar parte de tu armario, para nosotras, es el verdadero lujo”, asegura Mary-Kate Olsen. Ni estampados, ni aplicaciones, ni nombres: The Row era una marca minimalista, sencilla y discreta, es decir, una firma que contaba con los tres adjetivos que más en desuso se encontraban. 15 años después, Mary-Kate y Ashley Olsen han demostrado que su fórmula, contra todo pronóstico, funcionaba.
Aunque, como era de esperar, no van a celebrar el aniversario de la marca con grandes fiestas, las hermanas han concedido una entrevista a ‘I+D’ como parte de su celebración personal. Al carecer de redes sociales, parece que una entrevista es la forma más cercana que conocen para agradecerles a sus fans el apoyo. Este gesto nos hace pensar en la era en la que no existía Instagram y en la que las celebs, para dar una noticia, tenían que recurrir a la prensa. El hecho de que no compren online también nos hace ver que las gemelas más aplaudidas de la moda se niegan a encajar en un presente en el que el contacto físico es lo de menos y en el que las tiendas parecen estar destinadas al olvido. El que las suyas sean auténticos templos artísticos adornados con obras de arte de valor incalculable denota que confían en que internet no logre fagocitar de lleno a la forma de comprar experiencial con la que ellas crecieron y en la que todavía confían. De hecho, al recordar las imágenes que en los 2000 llegaban de ellas, nos es imposible hacerlo sin pensar en sus interminables melenas, sus inmensas gafas de sol, sus cafés de Starbucks y sus bolsas procedentes de las mejores marcas.
Incluso a la hora de conceder (por fin) una entrevista, han dejado claro que ellas son diferentes. Para comenzar, porque todos esperábamos que fueran portada y que el texto estuviera acompañado de una sesión de fotos protagonizada por ellas mismas. Por el contrario, nos hemos encontrado con imágenes de Gigi Hadid, que ha sido inmortalizada en blanco y negro por Daniel Jackson. Para continuar, porque no ha sido una entrevista al uso, sino una charla entre personajes conocidos de la moda entre los que no faltan nombres como el de la propia Gigi, Zoë Kravitz y Carolyn Murphy. “Es muy liberador ser una de las personas más fotografiadas del momento, como lo son ellas, y poder pensar que la moda te hace ser estilosa y estar protegida. Hace que no tenga que darles vueltas a mis looks. Siempre han sido fuentes de inspiración para mí, en el sentido de que nunca han ido hacia donde se espera de ellas ni han hecho cualquier cosa por dinero. Me encanta el que si entras en una de sus tiendas, no sabes necesariamente que ellas están involucradas, pero de lo que no te cabe duda es que sus diseños son de la mayor calidad y cuentan con un diseño estupendo”, asegura Gigi Hadid.
“Somos dos mujeres muy pequeñas que coleccionan Costura. Amamos el diseño, pero no encontrábamos prendas que pudiéramos llevar porque pensábamos que eran ellas las que nos llevaban a nosotras. Ese fue un pensamiento que tuvimos al comenzar la marca. Cada temporada, te haces algo más pequeña. Aprendes algo nuevo. Te empujas a ti misma para explorar en lo profundo y ser más sabia. Creo que siempre vamos a evolucionar junto a nuestros clientes y con la marca, porque estamos constantemente aprendiendo y el mundo está en un cambio continuo. No perseguimos nada, solo somos honestas respecto a quiénes somos y dónde está nuestra firma”, explica en la entrevista Ashley Olsen.
No podemos dejar de mencionar el que la marca se encuentra en un momento delicado, por lo que quizás esta entrevista sea su forma de marcarse un ‘branded content’ sin invertir un euro. Al carecer de redes, no pueden promocionar sus diseños a través de las mismas, por lo que al conceder esta entrevista, a cambio de ceder una pequeña parcela de su celosa intimidad (aunque, por supuesto, su vida sentimental no es mencionada en la publicación, cuyas exigencias nos habría encantado haber visto), disfrutan de publicidad gratuita y de una forma de que su nombre vuelva a estar en boca de todos… Aunque al hacerlo, como señalaba antes Gigi, no lo hayan hecho a cualquier precio, sino como han logrado que su marca triunfe en un mar de logos, colores flúor y estampados: siguiendo sus propias normas.