Cuenta la leyenda que fue George Bryan Brummell, un dandi británico del periodo de la Regencia, catalogado por muchos como el primer influencer, quien creó este calzado en el siglo XIX con el único fin de que las mujeres aristócratas pudieran bailar sin la preocupación de creer que iban a perder un zapato mientras sonaba la música. Le bastó con añadir una tira a un diseño clásico para conseguirlo. Pero esa tira, la que va de un lazo a otro del empeine para terminar sujeta por una hebilla, un corchete, un velcro o incluso un botón, es la seña de identidad de las protagonistas de este texto.
A ellas les dio nombre María de las Mercedes de Orleans, esposa de Alfonso XII, a quien cariñosamente la apodaban Merceditas y era una gran devota de este calzado que guarda similitudes con las bailarinas como su puntera redondeada, pero también diferencias. La principal, la mencionada correa, que es la que sufre más ajustes por parte de las diferentes firmas que la han versionado hasta la saciedad. Porque por mucho que nos empeñemos en decir que han vuelto, la realidad es que las merceditas nunca se fueron. Es más, han ido conquistando territorios de forma inesperada desde su nacimiento aristocrático. El más relevante de todos, el de la niñez, motivo por el cual personajes como Mafalda o Alicia en el País de las Maravillas fueron dibujados con este tipo de complementos en sus pies.
Con este contexto histórico claro es más fácil comprender por qué estos zapatos son capaces de trasladarnos a nuestra más tierna infancia con solo mirarlos. Y eso que, al llevarlos al mundo adulto más terrenal, han llegado incluso a convencer a las mujeres de estilo más rebelde al descontextualizarse de su lado más pueril. Sirvan como ejemplo la efervescente modelo Twiggy o la reina del grunge Courtney Love, ambas embajadoras de las que al otro lado del charco fueron bautizadas como Mary Jane en honor a la protagonista de una tira cómica que las lucía siempre.
Vuelta a la niñez
Fue la pasada primavera cuando se pronosticó un nuevo boom de las merceditas tras ver cómo Miu Miu, Chanel, Celine o Dior apostaban por ellas, pero ya se sabe que en la calle se tarda un poco más en interpretar la tendencia y es ahora cuando su explosión es más que constatable. Eso y puede que el tremendo e inesperado éxito de ‘Los Bridgerton’ haya tenido algo que ver en el impulso que han logrado en las últimas semanas -dicen que se han aumentado las búsquedas en internet de este tipo de zapatos a raíz de su aparición en la serie de Netflix-. Lo cierto es que, por un motivo o por otro, han cobrado la relevancia que merecen en sus múltiples interpretaciones.
La tira se mantiene impertérrita en cualquiera de ellas, aunque sufre ajustes de diseño al aparecer doble o triple en algunos casos, y llenarse de pedrería o estampados en función de quien esté detrás de la pieza. Lo que varía también es el tacón. Puede ser completamente plano, de unos tres centímetros -un modelo sensato para aguantar largas jornadas con ellos puestos- o, en los últimos años, firmas como Nodaleto se han hecho mundialmente conocidas por versionar las merceditas con una destacada plataforma. Pese a todas estas posibilidades -el material cambia mucho, ya que hay modelos en piel, charol, ante, etc-, las prescriptoras de moda tienen muy claro cuáles son sus favoritas: planas y de terciopelo, el clásico que todas hemos llevado alguna vez cuando no medíamos más de un metro. Y lo mejor de todo es que las llevan exactamente como entonces, con calcetines blancos calados propios de la estética naíf o con leotardos estriados que bien podrían formar parte del uniforme escolar de cualquier pequeña.
También hay quien las descifra del mismo modo que unos mocasines. Con vaqueros, con minifaldas, con petos… Alexa Chung se desenvuelve como nadie en este sentido. Otras como Sarah Jessica Parker sirven genial como referencia a la hora de lucir merceditas en clave más sofisticada. Quizá de su relación constante con ellas a largo de los años en los que se metió en la piel de Carrie Bradshaw porque recordemos que Manolo Blahnik, firma predilecta de la archiconocida protagonista de ‘Sexo en Nueva York’, creó su propio diseño de las merceditas con un tacón más alto del que se veía hasta ese momento y pasó a ser uno de los patrones más utilizados por la actriz también en su vida real.
Un reto, por tanto, más que asumible para quienes quieran estrenarse esta primavera -aunque funcionan todo el año, es en primavera en la estación que mejor se desenvuelven- con un calzado icónico que rezuma inocencia.