La Unión Europea y el Reino Unido han alcanzado este jueves un histórico acuerdo comercial para la futura relación tras el Brexit, que será implementado de forma provisional ante el incumplimiento de los plazos para el proceso complejo de ratificación, según han anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el primer ministro británico, Boris Johnson.
Cuatro años y medio después del histórico referéndum que cambió el rumbo de la UE para siempre y casi once meses desde la salida oficial del país del club, los equipos negociadores han logrado sortear el tira y afloja en torno a la pesca tras una larga noche de negociaciones en Bruselas para encajar el reparto de cada especie en el Canal de la Mancha y los últimos detalles técnicos.
“Es un acuerdo para la historia”, un tratado “justo y equilibrado”, ha señalado Von der Leyen, que dice adiós a un país miembro durante casi medio siglo. Por su parte, Johnson ha celebrado un día marcado en su calendario desde su llegada a Downing Street en 2019: “Hemos recuperado el control”.
“The deal is done. pic.twitter.com/zzhvxOSeWz“
— Boris Johnson (@BorisJohnson) December 24, 2020
Tal y como ocurrió con el Acuerdo de Retirada, el consenso ha llegado a última hora, en plena Nochebuena, y a solo una semana de que expire el periodo de transición en el territorio británico, lo que impide una tramitación completa en la Eurocámara antes del 1 de enero.
Los desencuentros de los últimos días a uno y otro lado del Canal de la Mancha hacían presagiar un desenlace sin acuerdo, con una temible realidad que se ha puesto de manifiesto esta semana con el colapso en los puertos británicos ante el cierre de la frontera francesa por la nueva variante de la COVID-19. Pero, a pesar del pesimismo y las advertencias del Gobierno de Boris Johnson, la cesión parece haber llegado precisamente del lado británico, que habría reducido sus exigencias sobre las cuotas pesqueras.
Un tratado comercial histórico
El tratado comercial sellado esta Nochebuena es el mayor pacto firmado en un Reino Unido independiente, con un valor de 668.000 millones de libras (alrededor de 742.000 millones de euros), según ha avanzado Boris Johnson. A falta de la publicación de los detalles exactos, el texto garantiza una relación comercial y abarca ámbitos que van de los derechos de los ciudadanos, a la seguridad, el medioambiente y el nuevo estado en la frontera irlandesa.
A partir del 1 de enero, el Reino Unido mantendrá su acceso al mercado único sin aranceles ni cuotas, pero lo hará en condición de país tercero y podrá ser sancionado si incumple las condiciones en materia de competencia justa pactadas con Bruselas, tal y como ha advertido la dirigente de la Comisión Europea. Con todo, el pacto no evitará el cambio burocrático para las empresas en cuestión de días.
Y a pesar de su ínfimo impacto económico, la pesca, el último escollo que impedía un tratado, ha sido el ámbito con mayores cesiones. Según Johnson, el país tendrá acceso a dos tercios de la cuota pesquera, frente a la mitad con la que contaba actualmente y la transición durará cinco años y medio en lugar de tres, como exigía Londres. “Seremos un Estado costero independiente con total control de nuestras aguas”, ha celebrado Johnson.
Bruselas despide a un socio con un pacto “justo y equilibrado”
La victoria del Brexit en 2016 sacudió los cimientos de una Unión Europea que ha apostado por un frente común, primero ante la división política en el Reino Unido y después para preservar los intereses del club.
Este jueves, la UE despide a un socio por primera vez en la historia con nostalgia, pero con alivio porque se trata de una salida pactada.
Y con el reloj detenido de una vez por todas, los Veintisiete miran ahora hacia adelante. “La despedida es una pena tan dulce, pero lo que llamamos el principio es a menudo el final, y el final es a menudo el principio. Es hora de dejar atrás el Brexit, nuestro futuro se hace en Europa”, ha señalado Von der Leyen durante su comparecencia.
Johnson canta victoria: “Hemos recuperado el control”
Más triunfal se ha mostrado Boris Johnson durante su anuncio en Downing Street. El dirigente conservador que apostó por una ruptura en el referéndum ha celebrado la recuperación de la soberanía británica, piedra angular del Brexit, en ámbitos que van del comercio a la jurisdicción. Si en 2016 el lema era “recuperar el control”, el histórico acuerdo no merecía sino la misma proclama: “Hemos recuperado el control de nuestras leyes y nuestro destino, de una forma completa”.
Formalizadas las despedidas, el primer ministro ha tendido la mano al club comunitario para forjar una alianza sin precedentes. “Tenemos ante nosotros la base de una nueva amistad y asociación a largo plazo que estabiliza nuestra relación. Estamos fuera, pero hemos salido como amigos”, ha señalado.
Y a pesar de las fricciones de los últimos meses, el mandatario augura una relación estable vinculada por todos los lazos culturales, geográficos, históricos y emocionales que mantuvieron al Reino Unido en la UE durante 47 años.
Aplicación provisional a falta de ratificación
El tratado comercial entrará en vigor el 1 de enero de 2021, pero de forma provisional, puesto que requiere del visto bueno de los Veintisiete, la Cámara de los Comunes y el Parlamento Europeo, que ya ha dado por imposible la tramitación del acuerdo en 2020.
Bruselas tiene previsto acelerar el escrutinio del texto y su traducción a todas las lenguas oficiales de la UE en los próximos días para evitar el menor trastorno en el tráfico de mercancías y la frontera, que podrían ser paliados con el plan de contingencia europeo aprobado la pasada semana.
Para ello, los embajadores de los Estados miembro han sido convocados este viernes y lo mismo ocurrirá en los próximos días en Londres, donde los diputados británicos analizarán el tratado el 30 de diciembre, según ha avanzado Johnson. En cualquier caso, la tramitación allí será más rápida y podría completarse en un día gracias a la mayoría absoluta del Gobierno y el apoyo de la oposición laborista.