Llevábamos tiempo sin verla, pero en apenas tres días, Meghan Markle se ha dado un gran baño de multitudes al acudir desde el jueves al sábado a 4 citas en público.
Como cada vez que la duquesa de Sussex reaparece, sus looks son analizados con lupa para deleite de todos los amantes de la moda en el mundo de las celebrities o de la realeza.
El jueves, Harry y Meghan se reunieron con el alcalde Bill de Blasio y la gobernadora Kathy Hochul. Junto a ello acudieron al observatorio del One World Trade Center, donde cayeron las torres gemelas. La pareja quiso rendir homenaje a las víctimas con su presencia y, como requería la ocasión, Meghan se decantó por un sobrio estilismo monocromático que conjuntó a la perfección con la tonalidad del traje de su marido. Se trató de un total look en azul marino. Destacó, entre las prendas lucidas, un abrigo recto de lana con cuello mao y solapa invertida firmado por Emporio Armani. Debajo de él vistió un jersey de cuello alto y pantalones anchos de tiro alto bajo los que asomaban unos salones de gamuza de Aquazzura. Completó el look con unos pendientes, un reloj y un brazalete, todo de Cartier.
El viernes, los Sussex acudieron por sorpresa a una escuela de primera en Harlem. Allí, recibieron el cariño de los responsables del centro y de los alumnos, a quienes Meghan no dudó en leer su libro ‘The Bench’.
Para esta cita, la duquesa volvió a apostar por el monocolor con un dos piezas de color granate compuesto por un pantalón de talle alto y ancho y una llamativa capa reversible , ambas piezas firmadas por Loro Piana. La capa está fabricada en cachemir de doble y cuello desmontable de punto de canalé. Meghan completó el look con unos salones de terciopelo, de Manolo Blahnik.
El sábado 25 de septiembre, Harry y Meghan hicieron otra aparición antes de su colaboración estelar en el Global Citizen Live, un evento mundial en el neoyorquino Central Park, repleto de importantes personalidades y actuaciones musicales, donde colaboraron para recaudar fondos para los países en vías de desarrollo.
Previa a esta cita, los Sussex visitaron las Naciones Unidas en Nueva York. Allí se reunieron con la subsecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, durante la reunión anual de líderes del organismo mundial y en el cual se tratan temas tan trascendentales como el poner fin al hambre y la pobreza, lograr la igualdad de género y combatir el cambio climático.
Naciones Unidas comunicó que durante la reunión, fueron elogiadas “las iniciativas de la Fundación Archewell para promover la equidad de las vacunas en todo el mundo”.
Para esta importante cita, Meghan volvió a escoger un estilismo monocolor, esta vez con el color camel por bandera, y la misma fórmula que en ocasiones anteriores: abrigo, pantalón de pata ancha y tiro alto, camisa y zapatos de salón.
Solo en su cita más desenfada, la nuera del príncipe Carlos optó por la melena suelta, apostando por un look más natural para su encuentro con los niños de la escuela de Harlem. En sus citas más formales o serias, la duquesa no ha dudado en un peinado infalible para estas ocasiones: una melena estirada hacia atrás y recogida en un moño bajo que aporta la sobriedad y elegancia a partes iguales.