Entre las numerosas formas que existen de ayudarnos a perder peso, siempre hay algunas que nos resultan más atractivas que otras. Por ejemplo, las que aseguran que pueden ayudarnos a adelgazar cuatro kilos comiendo lo que queramos, como la dieta de las 8 horas, suelen resultarnos muy interesantes.
Tal y como está planteada, no se trata de una dieta como tal, con un menú cerrado y unas pautas a seguir, es más una forma de aproximarnos a la alimentación, desarrollada por David Zinczenko y Peter Moore, que regula las horas en las que debemos alimentarnos para conseguir una pérdida de peso.
Así, lo que propone es que comamos todo lo que nos apetezca durante ocho horas al día, sin medir cantidades ni preocuparnos por las calorías que contienen. Eso sí, una vez pasadas estas horas ya no podremos comer más, el resto del día lo pasaremos en ayunas.
Para que este cambio no sea demasiado radical en nuestras vidas, proponen que nos adaptemos a la nueva situación poco a poco, por ejemplo siguiendo este sistema durante tres días seguidos para, más adelante, ya alargarlo a toda la semana.
A pesar de lo que pueda parecer, este sistema puede tener sus riesgos, el mayor de ellos es dejarnos llevar por la libertad que supone no tener pautas en la alimentación y optemos por comer productos poco saludables, como comida basura o ultraprocesados, que no son las mejores opciones y que incluso pueden llevarnos a ganar peso en lugar de perderlo. Además, es probable que la restricción de tantas horas en ayuno pueda provocar un efecto rebote y acabemos comiendo más de lo que comeríamos en otras circunstancias.
Por eso los autores de la dieta de las 8 horas también establecen algunas directrices, señalando las bases en las que se tiene que fundamentar nuestro menú durante las ocho horas en las que podemos comer, unas horas que recomiendan que sean entre las nueve de la mañana y las cinco de la tarde.
Sugieren comenzar el día con un vaso de agua y unos minutos de ejercicio físico, ya sea una caminata o una pequeña carrera. Mantener una buena hidratación es clave a lo largo de todo el día, incluso durante el ayuno, así como evitar las bebidas alcohólicas y carbonatadas.
Alimentos saludables
A pesar de que en teoría durante esas ocho horas se puede comer lo que queramos, los autores tienen ciertas recomendaciones para que esta sea más efectiva. Por ejemplo, siempre será mejor que optemos por alimentos saludables y ricos en nutrientes.
Destaca la importancia de los alimentos ‘quema grasa‘ como huevos, carnes y pescados magros, todos ellos ricos en proteínas, pero también de los lácteos bajos en grasas, semillas y granos e infusiones.
También señalan que es conveniente que nuestra dieta sea rica en frutas, verduras y frutos secos, que nos ayudan a cuidar de nuestro cuerpo, son antioxidantes y saciantes. Los resultados serán mejores si se hacen pequeñas ingestas cada dos horas en lugar de una o dos grandes, con lo que pasaríamos casi 24 horas sin comer.
Antes de plantearnos comenzar este tipo de dieta, es necesario que consultemos con un médico o nutricionista que pueda darnos las pautas para realizarla de forma adecuada, este tipo de sistemas puede provocarnos problemas en el hígado, que se ve sometido a un exceso de trabajo, pero también de ansiedad, por pasar tantas horas sin comer. Nuestra salud debería ser nuestra prioridad.