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Dominic Raab pasa de Exteriores a Justicia tras su mala gestión de la crisis de Kabul y destaca el ascenso de Truss, Zahawi y Dorries
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Un reciente sondeo muestra una caída de los conservadores hasta el 33%, superados por primera vez por el Partido Laborista, con un 35%
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha llevado a cabo la mayor sacudida de su Gabinete desde que llegó al poder en julio de 2019 para intentar salir de la crisis de gobierno en la que está inmerso. Había realizado otra remodelación ministerial en enero de 2020, tras ganar las elecciones, pero fue menor. Esta vez ha sido una reestructuración motivada por una fuerte caída de popularidad. Un reciente sondeo de la firma demoscópica YouGov muestra un descenso de los conservadores (hasta el 33%), superados por primera vez por el Partido Laborista (35%) desde principios de año. Se había especulado mucho sobre esta remodelación durante las últimas semanas y sobre quién se vería implicado. Finalmente han conservado sus puestos el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, el de Defensa, Ben Wallace, el de Sanidad, Sajid Javid y la ministra de Interior, Priti Patel, que salía en todas las quinielas para ser cesada.
El cambio más sonado es del impopular ministro de Exteriores, Dominic Raab, que ha pagado los platos rotos por la caótica evacuación de los ciudadanos británicos y colaboradores afganos de Kabul después de la reconquista de los talibanes. Raab fue duramente criticado por haber delegado sus responsabilidades después de que la crisis le sorprendiera de vacaciones en Creta. Era uno de los pesos pesados del Gobierno y, de alguna manera, lo sigue siendo porque ha Johnson le ha dado la cartera de Justicia. Raab fue uno de los hombres fuertes del Brexit de Johnson y asumió las funciones de primer ministro en marzo de 2020 mientras Johnson estuvo enfermo del covid.
Se producen tres ascensos destacables y que nadie ha visto venir. El primero es de la hasta ahora secretaria de estado de Comercio Internacional, Liz Truss, que se sentará en el sillón de Raab en Exteriores. Truss ha sido la encargada de renegociar los acuerdos con todos los países una vez fuera de la Unión Europea (UE). Es uno de los miembros del Gabinete más populares por su natural optimismo. El segundo ascenso es el del hasta ahora coordinador del sistema de vacunación del Covid-19, Nadhim Zahawi, nuevo ministro de Educación. Nacido en Irak, de padres kurdos que se marcharon de Irak cuando él tenía nueve años. Es uno de los diputados más ricos de Westminster. Estuvo metido en el mundo del petróleo y fundó la empresa YouGov. El tercer ascenso fulgurante es el de Nadine Dorries, la nueva ministra de Cultura, diputada que hasta ahora había ostentado cargos menores en Sanidad y que es una de las principales seguidoras de Johnson.
Funciones flexibles
Steve Barclay, otro de los escuderos de Johnson, ‘brexitero’, exbanquero y secretario del Brexit hasta que se consumó la salida de la UE, es el nuevo Canciller del Ducado de Lancaster, un cargo ministerial con funciones flexibles que abarcan desde el apoyo al primer ministro hasta la supervisión de asuntos constitucionales. Barclay sustituye a Michael Gove, que ha sido pasado a Comunidades y Vivienda. Gove es uno de los ministros más bien considerados y más eficientes de Johnson desde que lo recuperara para su Gobierno después de haberlo traicionado en el último minuto en las primarias del partido para suceder a Cameron de 2016. Era el segundo de Johnson, era los dos artífices del referéndum del Brexit, y decidió presentarse él solo para frenar a Johnson el mismo día del cierre de las candidaturas.
Entre los que han salido del Gobierno están el ministro de Educación, Gavin Williamson, que estuvo en el epicentro de la controversia por la apertura de las escuelas en medio de la pandemia y en contra de la voluntad de los padres y de los maestros. Williamson ya fue ministro de Defensa con Theresa May hasta que ésta lo destituyó por filtrar el contenido de una reunión ministerial sobre la relación del gigante chino Huawei con el 5G en 2017. También se han marchado el ministro de Justicia, Robert Buckland (reemplazado por Raab) y el de Comunidades y Vivienda, Robert Jenrick (sustituido por Gove).
Imponer sanciones
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Son varios los motivos que han llevado a esta crisis de gobierno. El primero ha sido la gestión de la pandemia, especialmente devastadora en el Reino Unido que, con 66 millones de habitantes, es uno de los países más afectados por el covid en Europa con 134.000 muertes desde marzo de 2020. Pese a que ya se volvió a la normalidad el pasado 19 de julio, todavía hay 30.000 positivos nuevos diarios. Hay una facción de su partido que no le permitirá volver a imponer restricciones este invierno si se disparan de nuevo los casos. El segundo motivo ha sido la salida de las tropas de Afganistán que dejado entrever la poca influencia que tiene Johnson a nivel internacional y sobre Estados Unidos, pese a que afirmó que su poder global aumentaría tras el Brexit. Y por supuesto la improvisada y desastrosa evacuación de Kabul.
El tercer motivo es la subida de los impuestos de la seguridad social incumpliendo su promesa electoral de no aumentarlos y provocando un fuerte rechazo dentro del ala dura de su partido, además de la oposición. Es la mayor subida de impuestos desde la Segunda Guerra Mundial. Y el cuarto es el problema de desabastecimiento en los supermercados por la falta de camioneros y de mano de obra europea y la tensa situación con los unionistas en Irlanda del Norte, consecuencia del Brexit duro por el que apostó Johnson y que le dio la victoria electoral. Johnson ha tenido que retrasar de nuevo los controles aduaneros y sanitarios de los alimentos procedentes de la Unión Europea. Todo esto ha provocado que los laboristas superen a los conservadores en las encuestas por primera vez en mucho tiempo.
