Hasta ahora, la llamada comunidad Hackintosh ha tenido sus fieles. Personas que, tras investigar acerca de los componentes, montan ordenadores PC especialmente pensados para ejecutar macOS de forma no oficial gracias a la compatibilidad del sistema con los procesadores Intel. Precisamente hay vídeos muy recientes de este tipo de ordenadores logrando rendimientos comparables a los del Mac Pro, aunque con ciertos inconvenientes.
Pero la llegada de Apple Silicon puede hacer que esta comunidad tenga los días contados. El chip M1 es el primero que está bajo el control absoluto de Apple, y a diferencia de los chip Intel eso es algo que no se puede replicar en un PC que puedas montar por piezas. Lo auguramos hace tres años con los primeros rumores, y ahora ya es una realidad.
Los últimos años de los Hackintosh
Ahora mismo no hay límites: macOS Big Sur sigue siendo plenamente compatible con los chips Intel aunque esté optimizado para el M1 y sus futuros sucesores. Por lo tanto, la comunidad Hackintosh puede seguir encontrando modos de instalarlo en PCs por piezas sin demasiada dificultad. Lo mismo ocurrirá con todas las versiones de macOS que lleguen en el futuro mientras se sigan pudiendo instalar en los Mac con chip Intel.
Pero llegará un día en el que inevitablemente tendremos un nuevo macOS que ya será exclusivo para los Mac con Apple Silicon. Será el momento en el que Apple dará por concluida la transición hacia su propia arquitectura, y los Hackintosh quedarán relegados a usar versiones antiguas de macOS que poco a poco quedarán obsoletas. Quedan años para que ocurra, pero ocurrirá.
La posibilidad de instalar ese macOS en chips ARM de otros fabricantes (cuando éstos los integren en ordenadores y Windows sea compatible) es demasiado remota como para considerarla: el arranque de macOS en Apple Silicon pasa obligatoriamente por los chips de seguridad T2 integrados. Y ningún fabricante puede replicar eso en sus chips por mucho que compartan arquitectura.
La última esperanza queda en emular macOS en una máquina virtual, e incluso eso puede resultar difícil en un futuro en el que Apple controle todos los aspectos del sistema. Apple ha abandonado Intel en favor de sus propios chips para tener más rendimiento y seguir teniendo mucho margen para innovar, pero podemos decir que un gran daño colateral puede ser el fin de los Hackintosh. Al menos tal y como los conocemos.