Publicado: 18 sep 2021 02:15 GMT
El dictamen marca una victoria para la justica, ya que el culpable nunca fue responsabilizado por la misteriosa desaparición de su esposa Kathleen en 1982 y el homicidio de un hombre en 2001.
Un jurado de Los Ángeles (EE.UU.) declaró este viernes culpable al multimillonario Robert Durst por el asesinato de su mejor amiga Susan Berman en 2000, informa AP. Se prevé que la sentencia del criminal, que puede recibir cadena perpetua sin posibilidades de salir bajo la libertad condicional, sea anunciada el próximo 18 de octubre.
Este dictamen marca una victoria para la justicia, dado que el multimillonario nunca fue responsabilizado por la misteriosa desaparición tanto de su esposa Kathleen, en 1982, como la de su vecino Morris Black, en 2001, mientras se ocultaba de la ley disfrazado de una mujer muda tras deshacerse de Berman. Aunque Durst confesó estar detrás de estos crímenes en 2015, no lograron sentenciarlo: no se encontró el cadáver de su pareja y fue absuelto del asesinato de Black.
Respecto al homicidio de Berman, Durst, que llevaba mucho tiempo negando el hecho de que estuviera en Los Ángeles en el momento del crimen, testificó durante el proceso que, al llegar a la casa de la mujer, la encontró muerta en el suelo de su propio dormitorio.
Según los reportes, Berman, amiga del delincuente desde sus tiempos estudiantiles en la Universidad de California, tenía problemas financieros y Durst le concedió 50.000 dólares. La parte acusadora indicó que la mujer quería recibir incluso más dinero, por lo que amenazó al criminal que iba a hablar con la Policía sobre la desaparición de su esposa. Sin embargo, su cuerpo fue hallado el 24 de diciembre de 2000 con un balazo en la nuca, lo que supone que conocía al asesino y por eso este decidió dispararle por la espalda.
Para esconderse de los organismos de seguridad, Durst se mudó a Galveston (Texas) y se alojó en una pensión bajo la apariencia de una mujer muda y con el nombre de Dorothy Ciner. Allí conoció a su nuevo vecino, Morris Black, a quien mató y desmembró en septiembre de 2001.
El multimillonario disfrazado fue detenido algunos días después, el 9 de octubre. Desapareció en cuanto lo liberaron tras pagar una fianza, pero fue arrestado por segunda vez el 30 de noviembre, al tratar de robar un sándwich en un supermercado: una acción poco razonable para un hombre que tenía 37.000 dólares en su coche.
La defensa logró rechazar las acusaciones de asesinato, hasta convencer al jurado de que Black amenazaba a Durst con una pistola y este respondió en legítima defensa. Por desaparecer después de salir bajo fianza y por falsear las pruebas al desmembrar y ocultar el cuerpo, recibió una condena de cinco años en prisión y fue puesto en libertad en 2006.
“¿Qué hice? Pues matarlos a todos, por supuesto“
La misteriosa desaparición de Kathleen Durst y la muerte de Susan Berman suscitaron interés mediático sobre la persona de Robert Durst durante mucho tiempo. Basta recordar que en 2002 y 2003 se habían escrito dos exitosos libros sobre el asunto.
Sin embargo, fue en 2010 que se hizo verdaderamente famoso, cuando Andrew Jarecki, director de cine estadounidense, estrenó la película ‘All good things‘ (conocida como ‘Todas las cosas buenas’ o ‘Crimen en familia’ en los países hispanohablantes), cuyo guión se basaba libremente en lo que se sabía, o más bien, se suponía de sus crímenes.
Le gustó a Durst. Y entonces contactó a Jarecki, lo que resultó en la grabación de dos largas entrevistas que dieron pie a seis episodios de la serie documental ‘La maldición’.
A pesar de que Robert evitaba confirmar explícitamente su implicación en los dos casos, el cineasta afirma que en el curso del diálogo llegó a estar seguro de que fue Durst quien mató a Kathleen y Susan.
Pero lo más revelador fue la frase inesperada de Robert cuando salía de la sala, sin recordar el micrófono que seguía grabando. “¿Qué hice? Pues matarlos a todos, por supuesto“, murmuró.
Además, los creadores del documental encontraron una evidencia que vinculó al culpable con una nota anónima enviada a la Policía que condujo al cuerpo sin vida de Berman. Convencido de que no lo relacionarían con el mensaje, Durst afirmó a los cineastas que “solo el asesino podría haber escrito” el mensaje. Cuando le mostraron dos textos, una carta suya enviada a la víctima un año antes del asesinato y la nota en cuestión, resultó que la escritura era igual en ambos, e incluso tenían el mismo error: Beverley (la ortografía correcta es Beverly) Hills.
El multimillonario fue arrestado de nuevo el 14 de marzo de 2015, un día antes de la trasmisión del último episodio de la serie, donde se presentan sus palabras.