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Carne de animales salvajes, un manjar con regusto pandémico

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Ya sea gripe aviar, VIH/SIDA, ébola o COVID-19, muchas enfermedades son zoonóticas, se transmiten de animales a humanos. Representan alrededor del 75 por ciento de las enfermedades emergentes que actualmente afectan a los humanos. También se incluyen la fiebre amarilla, diversas formas de influenza, rabia y borreliosis. Muchas de estas enfermedades son ocasionadas por el consumo de carne de animales silvestres.

¿Carne salvaje, sabrosa y rica en virus?

En África occidental y central, la caza y el comercio de muchas especies de vida silvestre son legales o semilegales.  “Se trata de la cultura y los hábitos alimenticios tradicionales”, explica Luwi Nguluka, director del programa de sensibilización de la organización no gubernamental de Zambia Wildlife Crime Prevention (WCP), en entrevista con DW. WCP combate el comercio ilegal de vida silvestre en Zambia y los países vecinos. La carne de animales silvestres es cada vez más codiciada y, por lo tanto, un producto que solo está disponible en forma legal para las clases más pudientes.

La activista advierte que “la gente quiere consumir alimentos orgánicos, naturales o tradicionales. Existe la percepción de que la carne de animales silvestres ilegal es más saludable que la carne de granja. Por supuesto que esto no es cierto cuando se trata de carne que no ha pasado los controles de seguridad”.

Gente en un mercado en el Congo

Venta de carne salvaje en un mercado del Congo.

Millones de toneladas de carne 

La ONU estima que cada año se obtienen hasta cinco millones de toneladas de carne de la caza de animales silvestres en la Cuenca del Congo. Solo en la República Democrática del Congo, se consume anualmente un millón de kilogramos de carne salvaje. Esta también se exporta a todo el mundo; ideal para la propagación de patógenos.

En Zambia, por ejemplo, se permite el consumo de carne de animales silvestres de cría propia, pero el riesgo de una pandemia radica en la carne obtenida ilegalmente.

La actual pandemia de coronavirus es solo un ejemplo: el virus saltó de “reservas”, el término que usan los virólogos para los huéspedes naturales del virus, a los humanos. Es suficiente el consumo de carne de caza cocinada incorrectamente, una mordedura de un animal o el contacto con fluidos corporales de animales para que se produzca el contagio.

“Cuando llegó COVID-19, no fue una sorpresa”, dice Nguluka. “No es la primera enfermedad que procede de animales salvajes, y dudo que sea la última”. Según la Red Mundial de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología (GIDEON), entre 1980 y 1985 hubo casi 1.000 brotes excepcionalmente fuertes de enfermedades zoonóticas. En el período de 2005 a 2010, casi tres veces más.

Destrucción de ecosistemas

Hay muchas razones para el aumento de enfermedades de origen animal, explica Ulrike Beckmann, quien trabaja en el Consejo Asesor Científico del Instituto Jane Goodall: “Hay que tomar más aspectos en cuenta cuando hablamos de carne de animales silvestres”, según la médica. “El caso es que cuando nos adentramos en los últimos ecosistemas que funcionan, los destruimos. Al cazar furtivamente, talar, construir caminos y asentamientos o extraer recursos naturales, corremos el peligro de entrar en contacto con organismos y patógenos, lo que en condiciones naturales, no sucedería.”

La ONU advierte que la selva congoleña podría desaparecer por completo a finales de siglo. Entonces, los animales y sus virus podrían entrar en contacto con humanos de forma nueva y catastrófica. Los patógenos liberados de esta manera, explica Beckmann, se están propagando con extrema rapidez debido a la globalización y al transporte de personas, animales y mercancías. “No es la carne de animales silvestres, sino la combinación general de factores globales lo que nos expone a este peligro”, dice Beckmann.

La próxima pandemia al acecho

La propagación de infecciones de origen zoológico es un problema que tiene múltiples raíces. Nguluka y su organización trabajan de manera local. En 2018, WCP inició una campaña llamada “No es un juego” para concienciar a los zambianos de los peligros de la carne ilegal de animales silvestres. “Muy pocas personas son conscientes de lo que comen, de dónde procede y de los efectos negativos de la carne ilegal de animales silvestres “, dice Nguluka.

Nguluka enfatiza que no se trata de renunciar a la carne de animales silvestres. “Tenemos carne de animales silvestres de Zambia legal que proviene de granjas. Es el mismo tipo de animal y carne, solo proviene de una fuente legal. Y lo bueno de las granjas de caza de Zambia es que no solo preservan la especie, sino también crean trabajos para los zambianos y nos permite preservar nuestro patrimonio”.

Beckmann va aún más lejos: “La próxima pandemia ya está al acecho. Y no podremos financiarla”. “El próximo patógeno puede llegar a través de la próxima garrapata que cruce los Alpes. No necesitamos esperar la carne de animales silvestres de África, en teoría todo ya está aquí”, augura.

DW

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