“Estados Unidos ha vuelto”. Ese es el mensaje que ha lanzado este martes el presidente electo Joe Biden tanto en la presentación de seis miembros que ha elegido para su gabinete como en su primera entrevista televisiva desde su victoria frente a Donald Trump, concedida a NBC. En esa conversación ha defendido también que, pese a recurrir para el gabinete a personas que desempeñaron papeles destacados en la última Administración demócrata, no se trata de una mera continuación. “Este no es el tercer mandato de Obama”, ha dicho Biden, que ha recalcado que “enfrentamos un mundo totalmente diferente” en el que “Trump ha cambiado el panorama”.
President-elect Joe Biden speaks exclusively with @LesterHoltNBC in his first interview since the election.
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— NBC Nightly News with Lester Holt (@NBCNightlyNews) November 25, 2020
Es en el contraste con el presidente saliente y su presidencia donde Biden está poniendo buena parte de su foco para delinear cómo será su presidencia. Y contrasta el “América primero” de Trump que ve como “América sola” con una filosofía en la que EEUU vuelva a estar “al frente de la mesa”, como un “constructor de coaliciones”. Como ya ha hecho en otras intervenciones públicas desde su elección, Biden ha vuelto a asegurar que en sus conversaciones con más de 20 líderes extranjeros está detectando “satisfacción y entusiasmo porque EEUU reafirme su papel”.
Mensaje de unidad
El presidente electo ha reiterado también su voluntad de que el país vuelva a unirse y ha insistido en que “tiene que acabar el vitriolo en el diálogo político”. Lo ha hecho al ser preguntado sobre si estaría dispuesto a incluir en su gabinete a algún miembro del partido republicano, una opción que ha dejado abierta. Y ha dicho que quiere que su gobierno represente el “espectro público americano y del Partido Demócrata”, aunque ha usado el argumento de necesitar que en el Congreso se mantengan “líderes fuertes” para aplicar su agenda “ambiciosa y progresista” para eludir responder si llamaría a su equipo a senadores en el ala izquierda como Bernie Sanders o Elizabeth Warren.
Biden tampoco ha querido contestar directamente al interrogante sobre las potenciales investigaciones a Trump una vez que abandone la presidencia. Se ha limitado a marcar también distancias con el republicano y ha hecho una promesa: “no usaré el Departamento de Justicia como vehículo”, un dardo a la politización de ese departamento que ha hecho Trump. Y ahí una vez más, queriéndolo o sin quererlo, ha aparecido otro hilo de conexión con Obama, que también ignoró cuando llegó a la Casa Blanca las voces que pedían investigaciones de las acciones de la Administración de George Bush.
Este miércoles el presidente electo va a ofrecer un discurso en el marco de la fiesta de Acción de Gracias, que se celebra este jueves, para hablar de “los sacrificios compartidos” que los estadounidenses están haciendo en medio de la crisis del coronavirus, una pandemia que ya ha dejado unos 260.000 muertos en EEUU y que vuelve ahora a azotar con fuerza el país, con casos creciendo en 47 de los 50 estados.