10/02/2021 – 11:27 Actualizado: 10/02/2021 – 11:42
Escueta y sin artificios, así ha sido la nota de prensa de la maison francesa para anunciar a su última embajadora. Rezaba así: “Verdadero icono de la elegancia, Beatrice Borromeo Casiraghi se ha convertido en embajadora de Dior. La periodista y cineasta italiana ilumina una nueva faceta de la feminidad plural que aprecia Maria Grazia Chiuri”.
La noticia no nos extraña porque hace tan solo un par de semanas la firma francesa presentaba su colección de alta costura y Beatrice posaba vestida de la marca frente a un photocall digital. Nos mostraba una versión de ella diferente. Vestida con un mono de la colección de la firma, vimos a una Borromeo modelo que lanzaba un mensaje estético distinto al que nos tiene acostumbradas. Más allá de la princesa que vemos en el Baile de la Rosa o en los actos oficiales de Mónaco, nos presentaba una nueva mujer, actual, amante de la tendencia y, sobre todo, trabajadora. Un perfil que encaja a la perfección con la mujer feminista que pasea Maria Grazia Chiuri cada año, desde que tomó el relevo de Raf Simons, y que ha lanzado a la clásica firma a una nueva era conceptual.
El fichaje, como decíamos, entra dentro de los posibles. Lo que nos causa curiosidad es que hace tan solo unos meses su cuñada pasaba a ser parte del elenco de embajadoras de otra firma francesa, Chanel. En diciembre lanzaron un comunicado en el que informaron que, a partir del 1 de enero de 2021, Charlotte Casiraghi se convertiría en embajadora y portavoz de la maison. Y que iba a ser la imagen de la campaña de la colección prêt-à-porter primavera-verano 2021 imaginada por Virginie Viard, fotografiada en Mónaco por Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin.
Chanel ha sido la firma que ha vestido a Carolina de Mónaco de forma fiel a lo largo de los años, Karl Lagerfeld era íntimo amigo de la matriarca del clan, y que Carlota esté en ese lugar hoy, tan cercano a la firma, ha sido algo natural.
Pero ahora Beatrice ha apostado por la competencia. Curioso, ¿no? La italiana no ha sido fiel a una sola marca en sus apariciones oficiales, alterna firmas italianas y francesas a su capricho. Pero parece que este contrato va a limitar esos giros de estilo, y cuando vuelvan los eventos, que esperamos que sea pronto, vamos a ver una auténtica pasarela en los balcones monegascos. Flashes, listos.
