El atentado suicida perpetrado este viernes contra una mezquita chií en la localidad de Jan Abad, en la provincia afgana de Kunduz, ha dejado ya al menos 120 personas fallecidas y otras 150 heridas.
Según informó la cadena afgana Ariana News, el grupo yihadista Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP) reclamó la autoría del ataque. En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU solicitó, por medio de un comunicado, que los autores sean llevados ante la justicia.
“Los miembros del Consejo de Seguridad han remarcado la necesidad de responsabilizar a los perpetradores, organizadores, financiadores y promotores de estos censurables actos de terrorismo y llevarlos ante la justicia”, reza el escrito, distribuido el sábado.
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También el vocero de los talibanes y viceministro de Información afgano, Zabihulá Muyahid, prometió “encontrar y castigar a los perpetradores de este horrible crimen”.
El propio Muyahid negó el viernes que el grupo yihadista ISKP suponga “una amenaza” y ha resaltado que es más bien “un dolor de cabeza”. “Genera dolores de cabeza en algunos lugares, pero es inmediatamente eliminado tras cada incidente”, valoró.
Las autoridades talibanes anunciaron durante las últimas semanas la muerte y el arresto de varios supuestos miembros del grupo yihadista, que considera a los talibanes unos traidores a la ortodoxia de la ‘sharia’ o ley islámica y defienden una interpretación mucho más dura.