El primer ministro británico, Boris Johnson, ha inaugurado este viernes la cumbre de líderes del G-7 que se reúnen en Cornualles (suroeste de Inglaterra) hasta el domingo para abordar, entre otras cuestiones, la recuperación tras la pandemia y la lucha contra la emergencia climática. Tras mantener el jueves una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, Johnson ha dado la bienvenida al Reino Unido a la cancillera alemana, Angela Merkel, al presidente francés, Emmanuel Macron, al primer ministro italiano, Mario Draghi, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, entre otros mandatarios.
Una de las medidas que van a aprobar los dirigentes de los países más desarrollados del mundo es la del compromiso de donar mil millones de dosis de vacunas contra el covid para los países más desfavorecidos. Pero la organización Amnistía Internacional (AI) ya ha alertado de que el compromiso de donar mil millones de dosis es solo “una gota en el océano” ante las necesidades globales.
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La secretaria general de AI, Agnès Callamard, argumenta en un comunicado que mil millones de dosis “ni siquiera se acercarían a cubrir la población total de la India, por no hablar de toda la población mundial”.
La seguridad es una de las principales preocupaciones de los organizadores ante la certeza de protestas de distintas plataformas y organizaciones. Miles de policías han sido enviados desde toda Gran Bretaña para reforzar la seguridad ante lo que los organizadores advierten de que serán protestas “perturbadoras” y “molestas” . La primera reunión en persona en dos años de los líderes de las principales economías desarrolladas ha provocado el cierre las carreteras y los caminos costeros de Carbis Bay, la pequeña localidad que acoge el evento, levantando vallas de acero y otras medidas restrictivas.