Una de las preguntas que muchos nos hacemos respecto a las Apple Glass, las futuras gafas de realidad aumentada de la compañía de Cupertino, es si serán capaces de venir graduadas. Lo cierto es que tendría poco sentido tener que llevar dos pares de gafas, pero por otra parte la capacidad de entregar cristales graduados a la escala de demanda que se espera cuesta casi de imaginar.
Las posibilidades de una lente flexible
Parece que a este respecto Apple optará por una curiosa solución: rellenar una pequeña cavidad dentro de la misma lente con cierto fluido. Esto es lo que nos cuenta la patente “Electronic device with a tunable lens”. Un sistema que, además, permitiría que unas mismas lentes se reajustaran si la graduación de la persona cambia con el tiempo sin tener que cambiar ningún componente.
Otros sistemas disponibles en el mercado utilizan un sistema de varias lentes que pueden ajustar su distancia para lograr enfoques. Varias lentes, más el mecanismo para moverlas, contribuyen al peso de un accesorio que, sin duda, Apple querrá mantener al mínimo, por ello propone un sistema con una sola lente que haga uso de un fluido y su presión para ajustar la lente. Dicha lente tendría cierta maleabilidad y recordaría enormemente al funcionamiento de nuestro cristalino.
La precisión que se conseguiría con este sistema es muy alta, y la facilidad de uso también. Una simple lente que puede combarse en mayor o menor grado usando una pequeña bomba y un mini depósito de fluido parece un sistema muy elegante de graduar las características ópticas de la lente. Cabe recordar que las medidas de las que hablamos, y la cantidad de fluido, serían mínimas a la escala que necesitamos para realizar un correcto enfoque.
Además, tal como sigue la patente, con este sistema se podrían colocar varias cámaras dentro de la lente. Si cada una de ellas tuviera diferente dureza se podría crear una lente que se llenara por secciones, lo que daría como resultado un componente mucho más delgado que usando una lente regular.
Siguiendo con la idea de las lentes flexibles, más allá del fluido interior, Apple elabora en la posibilidad de que la lente en sí estuviera rodeada de actuadores pizoeléctricos o de bobina que permitieran comprimir los extremos para modificar aún más sus propiedades ópticas. Un sistema que podría cambiar la forma de la misma lente.
Como siempre decimos, el hecho de que estas ideas aparezcan en una patente no significa necesariamente que vayamos a verlas en un producto acabado. Pero esta investigación tan concreta, centrada en lo que es difícil de imaginar fuera de unas gafas de realidad aumentada o virtual, representa casi una confirmación del desarrollo de las Apple Glass de las que hemos oído tantos rumores. Desconocemos las fechas de llegada de estas Apple Glass, pero todo indicaría a que este próximo año 2021 sabríamos algo de ellas.