Los ciudadanos galos que viven en España tienen unas preferencias electorales estadísticamente muy diferentes a las de sus compatriotas residentes en Francia. Marine Le Pen, que quedó segunda de doce candidatos a nivel nacional, en España sólo encontró en la primera vuelta el apoyo del 7% de votantes, según datos de la Embajada Francesa consultados por El Periódico de España. Cuatro de cada diez apoyaron aquí a Emmanuel Macron. Dos de cada diez, a Jean-Luc Mélenchon.
En España hay 80.369 franceses registrados para votar. En la primera vuelta, únicamente ejercieron su derecho al voto 24.531. Es una abstención del 31%, cinco puntos por encima de la total.
El dato de la abstención es clave. Los analistas apuntan a que esta es, esencialmente, una batalla de Macron contra la abstención: la incógnita está en saber cuántos de los cerca de ocho millones de votantes de izquierdas de Jean-Luc Mélenchon se quedan en casa, cuántos se van hacia la ultraderecha Marine Le Pen y cuántos, por fin, le aplican el cordón sanitario y apuestan por el actual presidente.
Mélenchon, del partido Francia Insumisa, quedó en tercer lugar con el 22% de los votos. En su discurso, repitió en cuatro ocasiones a sus votantes: “No se le debe dar ningún voto a Le Pen”. Pero no pidió el voto para Macron. Las encuestas estiman que entre el 35% y el 40% de los seguidores de Mélenchon no van a ir a votar, mientras que entre un 18% y un 30% lo harán por Le Pen.
Lugares para votar
Se estima que en nuestro país residen un total de 200.000 franceses, 120.000 de ellos por tanto no registrados para votar. Esto no significa que no lo hagan, porque pueden hacerlo por “procuración”: el elector (poderdante) escoge a una persona que vote por él en Francia (apoderado).
La diáspora francesa en España está agrupada en tres circunscripciones. En la de Madrid hay inscritos cerca de 42.000 votantes; en Barcelona, 35.000 y en Bilbao, algo más de 4.000. Para ejercer el derecho al sufragio, según asegura la Embajada francesa a El Periódico de España, se han abierto decenas de puntos en otras ciudades, como Málaga, Alicante, Valencia, Santa Cruz de Tenerife… Cada residente ha recibido por correo ordinario y electrónico el detalle de cuál es su colegio electoral, normalmente sedes del Liceo Francés repartidas por toda España.
Podrán votar en el mismo horario que en Francia, desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde. Los resultados no se esperan hasta la medianoche. No hay previsto ningún encuentro oficial para seguir las elecciones organizado por la embajada francesa.
47,5 millones de franceses en total están llamados a las urnas este domingo, para decidir si el destino del país hasta 2027 lo decide el actual mandatario centrista Emmanuel Macron o su rival ultraderechista Marine Le Pen.
Los extranjeros que votan
En Francia, el sufragio está vinculado a la posesión de la nacionalidad. Los extranjeros, el 7,6% de la población, sólo pueden votar una vez hayan sido naturalizados, un proceso que puede comenzar sólo cuando se haya residido al menos cinco años en suelo francés. Pero han surgido iniciativas para que puedan hacerlo.
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Abstencionistas desilusionados con el sistema político ceden su voto a ciudadanos extranjeros que no tienen derecho a votar. Plataformas como ‘Alter-votants’ emparejan a unos con otros. En 2017 alrededor de 1.000 extranjeros votaron usando este sistema.
“Me dije que finalmente podía ofrecer este privilegio a alguien que realmente quiere votar”, confiesa Thomas (seudónimo) a la agencia de noticias AFP. Parisino de 20 años, sensible al movimiento anticapitalista, Thomas cederá su voto a Bruno da Silva, un portugués de 23 años cuyo sueño, tras residir desde hace 15 años en Francia, es depositar una papeleta en la urna, cuenta la agencia de noticias AFP. “A falta de algo mejor”, está contento de poder votar a través de un intermediario.