El horror de las armas de fuego no da respiro en Estados Unidos. En un país donde la matanza en la escuela de Sandy Hook marcó en 2012 uno de los puntos más oscuros en esa infamia, con 26 fallecidos, incluyendo 20 menores, este martes la tragedia ha vuelto a otra escuela primaria, en este caso la Robb Elementary de Uvalde, una pequeña localidad de 16.000 habitantes en Texas situada a unos 140 kilómetros al oeste de San Antonio, cerca de la frontera con México.
Allí, en un distrito escolar donde el 90% de los estudiantes son hispanos y el 85% pertenecen a familias con dificultades económicas, un tiroteo cometido por un joven local ha dejado 19 niños y dos adultos muertos, incluyendo una profesora de la escuela, Eva Mireles. No se ha especificado si la segunda víctima mortal adulta es la abuela del sospechoso, a la que la policía ha informado que el sospechoso había disparado y matado antes de la masacre escolar.
Un joven local
El autor de la matanza ha sido identificado por la policía estatal como Salvador Ramos y ha fallecido por disparos de un agente de la patrulla fronteriza que ha respondido a la crisis. El gobernador de Texas, el republicano Gregg Abbott, había informado públicamente de que se trataba de un joven de 18 años que residía en la misma localidad de Uvalde.
Según ha relatado en CNN el sargento Erick Estrada, del Departamento de Seguridad Pública de Texas, el sospechoso llegó a la escuela poco antes del mediodía. Tuvo un accidente con su coche en una zanja cerca del centro escolar y salió del vehículo con sus armas y parapetado con un chaleco antibalas. Tras superar un enfrentamiento armado con algún miembro de seguridad del colegio, entró en la escuela y fue disparando de clase en clase.
Un agente de la patrulla fronteriza que estaba trabajando cerca de la escuela respondió a la emergencia y entró sin esperar a que llegaran refuerzos según le ha dicho una fuente policial a Associated Press. Ese agente es el que disparó y mató a Ramos, que se había parapetado según la fuente policial. El agente resultó herido pero pudo salir por su propio pie de la escuela.
En la información que ofreció el gobernador Abbott, Ramos iba armado con una pistola y posiblemente un rifle. “Disparó y mató de forma horrible e incomprensible, a 14 estudiantes y una profesora”, había dicho el gobernador, usando los primeros datos oficiales sobre las víctimas, que luego han aumentado.
Mientras, Roland Gutierrez, senador estatal de Texas, ha asegurado tras recibir información de los Rangers que Ramos iba armado con dos rifles de estilo militar que había comprado en su 18 cumpleaños. “Es lo primero que hizo al cumplir 18” ha asegurado Gutierrez, que también ha dicho que Ramos había dejado indicaciones en redes sociales de que podía cometer un ataque contra niños.
No había a la hora de escribir estas líneas información sobre la potencial motivación del autor de la matanza, que actuó en solitario según la línea de investigación que manejan las fuerzas del orden.
212 tiroteos este año
Este tiroteo, el número 212 en lo que va de año en Estados Unidos según los datos del Gun Violence Archive, llega diez días después de la matanza racista cometida en un supermercado en Búfalo, Nueva York, por un supremacista blanco, que disparó a 13 personas y dejó 10 víctimas mortales, todas negras.
El tiroteo es también, según datos facilitados por NPR, el incidente número 27 con armas de fuego que se produce dentro de un recinto escolar en lo que va de año, incidentes que hasta este martes habían habido 40 heridos y seis fallecidos. . Según una base de datos que desde 2018 mantiene la publicación ‘Education Week’, ha habido 118 episodios con disparos desde que empezaron su análisis. Aquel 2018 se produjo la matanza en un instituto de Parkland, en Florida, donde un asaltante mató a 14 estudiantes y tres profesores.
Sin solución política
Incluso sin conocerse de momento los motivos del atacante en Uvalde, el tiroteo coloca de nuevo a EEUU ante el espejo de su problema con la violencia de armas de fuego, una cuestión cuya solución política con un mayor control se ha probado hasta ahora inalcanzable, incluso tras matanzas en escuelas primarias como la de Newtown, que sacudió al país especialmente dadas las edades de las víctimas menores, que tenían 6 y 7 años.
El hartazgo y la indignación han vuelto a calar también en el discurso a la nación que ha ofrecido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. “¿Por qué estamos dispuestos a vivir con esta carnicería?”, ha planteado el mandatario, que ha asegurado que “es hora de transformar el dolor en acción” y ha hecho también un llamado urgente a “plantarse ante la industria y el lobi de las armas” y ha señalado a los republicanos por bloquear legislación para reforzar el control.
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Para los republicanos, especialmente, es casi dogma la defensa a ultranza de la segunda enmienda, que ampara el derecho a portar armas de fuego. Precisamente el gobernador tejano, Abbott, aprobó el año pasado una ley que permite llevar esas armas en público en el estado sin necesidad de conseguir una licencia o practicar ningún tipo de entrenamiento.
Abbott de momento mantiene en su agenda una intervención este viernes en la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle que se va a celebrar en Houston, una reunión en la que también está anunciada la participación del expresidente Donald Trump y del senador republicano de Texas Ted Cruz.